El Salvador expuso ante el pleno de la COP30 en Belém, Brasil, su compromiso para fortalecer la sostenibilidad, proteger la biodiversidad y consolidar acciones que resguarden a la población frente a condiciones climáticas cada vez más intensas. La intervención estuvo a cargo del titular del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, quien presentó los esfuerzos del país con un enfoque en adaptación, resiliencia y modernización ambiental.
“En El Salvador tomamos decisiones valientes. Rompimos con lo que no funcionaba y demostramos que un país pequeño también puede cambiar su destino”, afirmó el funcionario, destacando que la transformación lograda en materia de seguridad ahora se replica en el ámbito ambiental.
El ministro subrayó que, tras décadas de ser catalogado como uno de los países más vulnerables del mundo, El Salvador está construyendo una nueva narrativa: la de una nación que se adapta, que se prepara y que protege a su gente. Recordó que el país avanza en reforestación, restauración de ecosistemas marinos, diversificación energética, modernización del manejo del agua y fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana.
“De la degradación pasamos a la recuperación. De la amenaza, a la resiliencia. Para El Salvador, la vulnerabilidad no es un destino: es un desafío. Y lo estamos enfrentando con hechos”, declaró.
A pesar de aportar menos del 0.04% de las emisiones globales, el país elevó su ambición climática mediante la NDC 3.0, que establece una reducción del 5% para 2035, sustentada en medidas financiables y coherentes con el modelo de desarrollo nacional. Entre los avances presentados figuran la transición hacia una matriz energética más limpia, la promoción de movilidad de bajas emisiones —incluyendo el primer metrocable del país— y prácticas agrícolas sostenibles.
López Fernando también enfatizó que la adaptación es política de Estado, considerando que cerca del 90% de la población vive en zonas de riesgo. Esto incluye infraestructura resiliente, sistemas de alerta fortalecidos, mejor gestión hídrica, vivienda segura y conservación de ecosistemas clave.
Uno de los ejemplos presentados como modelo de transformación sostenible fue el programa de construcción de dos escuelas por día impulsado por el Presidente Nayib Bukele. Estas nuevas infraestructuras incorporan jardinería con especies endémicas, áreas permeables, iluminación LED y materiales con aislamiento térmico para reducir el consumo energético.
El ministro destacó además el programa de conservación del Río Lempa, financiado a través de un canje de deuda que permitirá ahorrar 350 millones de dólares y duplicar la inversión ambiental durante las próximas dos décadas. A esto se suman la actualización del Visor de Escenarios de Cambio Climático, la nueva Política Nacional de Educación Ambiental y la Estrategia de Biodiversidad.
“El Salvador mantiene abierta la puerta a la cooperación y a las alianzas. Venimos a trabajar con quienes creen que la acción climática debe medirse por lo que se ejecuta, no por lo que se declara año tras año”, afirmó López Fernando, quien llamó a los países a elevar su ambición climática.
“Los países que menos hemos contribuido a la crisis climática somos quienes más pagamos sus consecuencias. Aun así, estamos cumpliendo, adaptando y transformando. Si entendemos la dimensión del desafío, actuemos con la ambición que el mundo requiere”, concluyó.














