San Salvador vivió una de las noches más emocionantes del año con la presentación del cantautor colombiano Camilo, quien trajo su esperado Nuestro Lugar Feliz Tour al Complejo Estadio Cuscatlán. Desde tempranas horas, miles de fanáticos, entre ellos adultos y niños acompañados de sus familiares, se hicieron presentes para disfrutar de un espectáculo que quedará grabado en la memoria de todos.
El concierto inició puntualmente a las 9:30 p.m., y el primer gran momento de la noche llegó con la introducción especial a cargo de la hija del cantante, Índigo, cuya tierna voz resonó en el estadio presentando a su papá, Camilo. Segundos después, el artista apareció en el escenario y dio inicio al espectáculo con su éxito Bebé, desatando la euforia del público.
A lo largo de la noche, el intérprete deleitó a sus seguidores con una mezcla de sus más recientes éxitos, como Querida Yo, Ni Me Debes, Ni Te Debo y Una Vida Pasada, así como con sus clásicos que lo catapultaron a la fama, entre ellos Índigo, Ropa Cara y Tattoo. Cada canción fue coreada por los asistentes, quienes no dejaron de cantar y bailar en ningún momento.
Durante una pausa en el show, Camilo compartió una anécdota con el público mientras recordaba el momento en el que, junto a su equipo, disfrutó de unas tradicionales pupusas salvadoreñas. Entre risas y gestos de sorpresa, el artista confesó lo mucho que le encantó el platillo y no dejó de expresar su asombro por su delicioso sabor. «Nunca había probado algo tan increíble, pero Pupusita no se la pasó nad bien», dijo con entre risas mientras la hiatoria continuaba.
Uno de los momentos más esperados de la noche fue la aparición de Evaluna Montaner, esposa del cantante, quien se unió a él en el escenario para interpretar las canciones que cantan juntos. Entre besos, abrazos y caricias, la pareja deleitó al público con su complicidad y química en temas como Por Primera Vez y Pliss, desatando la emoción y los aplausos de los asistentes.
Entre los asistentes se encontraba Iris Flores, quien compartió esta experiencia con su nieta Fiorella Marroquín. La emoción de la pequeña era evidente, pues había esperado con ansias este momento. «Este es el mejor día de mi vida», expresó con una sonrisa radiante mientras se preparaba para ver a su ídolo en el escenario.
Para el gran final, Camilo sorprendió a sus fanáticos con un espectáculo visual impresionante. Mientras interpretaba Vida de Rico, enormes pelotas gigantes con el símbolo de La Tribu comenzaron a rodar sobre el público, creando un ambiente de celebración total. A esto se sumaron explosiones de papeles tipo confeti que cubrieron el estadio, mientras todos bailaban y cantaban en un cierre inolvidable.
El concierto, que fue posible gracias a la productora Two Shows, dejó a los asistentes con el corazón lleno de alegría y satisfacción, consolidando una vez más el profundo vínculo entre Camilo y su público salvadoreño. Sin duda, una noche inigualable que quedará en el recuerdo de todos los que vivieron este espectáculo único.
