“El estadio se está transformando en un desorden. Los fanáticos están destruyendo todo lo que pueden tocar. ¡Dispararon gases lacrimógenos!”. Así describió la TV de Ghana lo que sucedió en el Abuja National Stadium. Luego del empate 1-1 que clasificó a la visita y dejó a Nigeria fuera del Mundial, los aficionados se enfurecieron, invadieron el campo de juego y protagonizaron graves incidentes.
Apenas se consumó la igualdad por los goles de Thomas Partey y William Troost-Ekong, los beneficiados por la conquista en condición de visitantes celebraron, pero el césped se vio colmado por los seguidores de Nigeria, poco acostumbrados en el último tiempo a no participar de la cita ecuménica (estuvo presente en los anteriores tres, y en seis de los últimos siete). Enseguida, corrieron a los futbolistas, que se refugiaron en el vestuario para evitar la agresión.
Y los reclamos no resultaron precisamente pacíficos: comenzaron a arrasar con todo lo que tenían a su paso. Por ejemplo, los bancos de suplentes. En las imágenes captadas por otros fanáticos desde las tribunas, se puede ver a varios atacantes derrumbando los bancos de suplentes y destruyéndolos por completo. También los estallidos de bombas de estruendo y la estampida en el momento en el que la seguridad comienza a lanzar gases lacrimógenos.
El gol que resolvió la serie llegó tras un error: a los 10 minutos de acción, Partey remató desde afuera del área y aprovechó la falla del arquero Uzoho, que no pudo contener la pelota, que le pasó por abajo y terminó besando la red.
Idiotas, algunos no merecen ser llamados humanos.