La jornada 34 de la Liga Premier inglesa pasará a la historia por la insólita amonestación mostrada durante el partido entre el Burnley FC y Cardiff FC, celebrado el sábado en el estadio de Turf Moor (Lancashire).
A pocos minutos de terminar el primer tiempo, el delantero del Burnley, Ashley Barnes, se vio envuelto en una discusión con su oponente, Joe Bennett, después de que este le cometiera falta. Sin embargo, en medio del enfrentamiento y estando cara a cara, Barnes optó por besar a su rival en la nariz en dos ocasiones.
Bennett no reaccionó ante el gesto, pero para el árbitro, Mile Dean, fue signo de provocación y digno de una tarjeta amarilla. Curiosamente el gesto se dio en el Día Internacional del Beso.
El partido terminó con victoria del Burnley FC 2-0.
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NO ES DE EXTRAÑAR LOS PIPIANAS ANDAN SUELTOS