Juventus no podía quebrar al Genoa en Turín, por la décima fecha de la Serie A de Italia y, en consecuencia, no lograba arrebatarle la cima de la tabla de posiciones al Inter. Corría el cuarto minuto del tiempo de descuento cuando Cristiano Ronaldo dominó el balón sobre el costado derecho del área, con la intención de desequilibrar.
Enganchó hacia adentro ante la marca de Antonio Sanabria y cayó al césped. Inmediatamente, el árbitro Antonio Giua sancionó penal, a pesar de que el paraguayo se acercó para reclamarle, con el índice enarbolado, indicando que no lo tocó. El delantero portugués, de 34 años, ejecutó abajo y a la derecha del arquero Radu, para decretar el 2-1 y la victoria de la Vecchia Signora.
La repetición no dejó dudas: CR7 inventó la infracción. Cuando Sanabria estiró el botín para quitarle la pelota, juntó las piernas simulando el contacto y se dejó caer. Lo curioso es que en el Calcio se está aplicando el VAR. Y ni el juez ni la Asistencia Arbitral por Video consiguieron advertir la picardía de Ronaldo. Luego, la efectividad del luso hizo el resto.
Ronaldo lleva anotados 114 de los 137 penales pateados en su carrera (contando sólo el desarrollo de los encuentros y no las definiciones desde los 12 pasos). La cifra habla de un gran número de sanciones en favor de sus equipos. Pero también de una enorme pericia, que volvió a probar ante el Genoa.
El fin de semana, por la jornada 9 de la Serie A, la Juve le dio descanso a Cristiano y empató 1-1 ante el Lecce. En su regreso al primer equipo, volvió a ser determinante, por capacidad realizadora y también por inventiva ante los ojos del árbitro. Desde su arribo a Italia, CR7 ya conquistó la edición de la Liga pasada y una Supercopa local. Su gran anhelo es volver a alzar la Champions League: competencia en la que la Vecchia Signora lidera el Grupo D con siete puntos, misma cantidad que el Atlético de Madrid.