La NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) vivió una de sus jornadas más lamentables. El derbi de baloncesto entre la Universidad de Kansas y la Universidad de Kansas State terminó en una verdadera batalla campal que avergüenza a los Estados Unidos y que no para de recorrer el mundo.
Insultos, empujones, golpes de puños, patadas y hasta lanzamiento de sillas, fueron los denominadores comunes dentro de esta fuerte pelea entre jóvenes deportistas.
A falta de solamente dos segundos para la finalización del partido, y con la victoria de Kansas -tercera universidad en la clasificación del país hasta la fecha- ya definida (el marcador era de 59 a 81), una jugada cambió el escenario por completo.
El violento altercado se produjo luego que De Juan Gordon robara un balón y se marchase directo hacia el aro. El angoleño Silvio De Sousa se recuperó y tapó el intento de anotación. La desafiante celebración del interno provocó la reacción de sus rivales.
En el medio de la trifulca, De Sousa lanzó varios puñetazos y hasta amenazó a sus rivales con una silla. La situación no pasó a mayores gracias a la rápida intervención de los miembros de seguridad y los cuerpos técnicos de ambos equipos.
Todo acabó con la expulsión de la mayoría de los jóvenes de ambos planteles, a excepción de cinco, para que así pudiera acabar el partido. Al final el choque acabó con 60-81.
El entrenador de Kansas, Bill Self, lamentó lo acontecido dentro del rectángulo de juego: “Fue una vergüenza de nuestra parte por el papel que desempeñamos en él. Además, sucedió en los asientos para discapacitados. Si vas a hacer algo, al menos llévalo a la cancha. Es ridículo que entren a las gradas. No he oído hablar de nadie herido, pero le preguntas a la persona equivocada”.
Vale destacar que ambos equipos volverán a verse las caras el próximo 29 de febrero, en Manhattan.
Bruce Weber, técnico de Kansas State, agregó: “No tengo idea de lo que pasó. No vi nada. Estoy decepcionado de que haya terminado así. Gracias a ellos, nos patearon el trasero de muchas maneras”.
A raíz de este enfrentamiento, la NCAA suspendió a De Sousa con 12 partidos y a su compañero de equipo David McCormack, con 2. Por su parte, James Love y Antonio Gordon, de Kansas State, recibieron 8 y 3 encuentros, respectivamente.
El comisionado Bob Bowlsby, afirmó:»Este tipo de comportamiento no se puede tolerar y estas suspensiones reflejan la gravedad de los eventos. Aprecio la cooperación de ambas instituciones para resolver este asunto».