La muerte de Sven-Goran Eriksson a los 76 años enlutó al mundo del fútbol, luego de que había hecho manifiesta su pelea contra un cáncer terminal. El ex entrenador del Manchester City, Roma y la selección de Inglaterra, entre otros equipos, dejó de trabajar a comienzos de 2023 y se despidió rodeado de sus familiares más cercanos y en medio de homenajes en continuado.
A pocos días de cumplirse el quinto mes desde su fallecimiento, distintos portales europeos exhibieron una parte que se mantenía sin revelar, referida a sus problemas económicos en la parte final de su vida. El diario inglés The Telegraph precisó que Eriksson mantenía una deuda total de 118 millones de coronas suecas (más de USD 10 millones), de los cuales casi 100 millones de coronas (casi USD 9 millones) eran a la Hacienda Británica, según la información obtenida por la Agencia Tributaria de Suecia, de donde era oriundo el técnico.
Estos montos se reducen porque el patrimonio del legendario DT asciende a 66 millones de coronas (menos de USD 6 millones). De esta manera, quedó un deficit total de 51 millones de la moneda sueca (USD 4.554.000). Sin embargo, esta cifra podría ser aún mayor, en palabras del abogado y amigo cercano del difunto, Anders Runebjer: “Sven ya había pagado cientos de libras a las autoridades fiscales, pero aún tienen más reclamaciones y no sabemos exactamente cuánto será al final”.
Estos detalles sobre la parte económica del orientador se dieron a conocer pocos días después de que se pusiera a la venta la lujosa mansión donde vivió por un “precio de ganga” superior a los USD 2.160.000. Su funeral tuvo un costo aproximado de USD 60.000.
La propiedad puesta a la venta en la ciudad de Sunne, en Suecia, tiene siete habitaciones, cuenta con playa privada, está frente a un lago y tiene diversas comodidades, como una piscina, spa, sauna, jacuzzi, gimnasio y un área de relajación, según citó el matutino del Reino Unido. Eriksson pagó medio millón de dólares para comprarla en 2002 e iniciaron los preparativos para venderla en septiembre pasado, un mes después de su fallecimiento. Llegó a valer el doble de su precio de venta actual.
La situación financiera del DT ya había estado bajo la lupa años atrás, luego de que él expresara: “No tengo idea de cuánto dinero tengo y dónde está”. Hace más de una década, Sven-Goran Eriksson inició una demanda contra su antiguo asesor financiero, Samir Khan, tras alegar que fue defraudado por más de USD 12 millones, algo que lo obligó a referirse a una posible quiebra: “Para la mayoría de las personas en el mundo es una cantidad enorme de dinero y también lo es para mí. Incluso si me pagaron bien en los trabajos que tuve, es muchísimo dinero. No estoy en bancarrota. Todavía tengo algo de dinero”. “Probablemente sea la única persona en la Tierra que odio. Me siento traicionado, enojado y decepcionado porque confié en este hombre durante muchos, muchos años. Le di demasiada libertad. Le di todas las autoridades que necesitaba para hacerse cargo de mi economía”, sentenció.
Luego de dos años al frente de sus finanzas, Khan fue desplazado, luego de que Eriksson le pidiera en 2009 a la empresa Deloitte un análisis sobre los movimientos financieros. La figura pública declaró que la fortuna fue despilfarrada en un desarrollo residencial y de ocio de 92 apartamentos en el condado inglés de Hampshire, sumado a un proyecto de desarrollo de dos parcelas de tierra en el Royal Westmoreland Golf Club en Barbados. De acuerdo a los documentos judiciales, se financió una propiedad para Khan y su familia en ese país y se efectuaron trabajos de construcción en la casa familiar del asesor.
También “compró obras de arte y esculturas costosas”, según los letrados del sueco. Esto se agrega a que Khan “desvió dinero para una variedad de propósitos indebidos, incluyendo préstamos no garantizados a otras empresas para obtener beneficios secretos” y “realizó especulaciones con pérdidas en mercados de divisas internacionales”. En mayo de 2010 comenzó el litigio judicial, que finalizó cuando el demandado se declaró en quiebra ese mismo año.
De igual manera, el periódico británico The Sun aclaró que “se entiende que las deudas pendientes no están relacionadas con Khan” y se apoyó en las declaraciones del abogado citado anteriormente, Anders Runebjer: “Las deudas se originan en 2006, cuando Sven fue aconsejado a realizar inversiones en esquemas cinematográficos y medioambientales. Todo fue orquestado por bancos. Resultó ser un pésimo consejo, lo cual descubrió mucho después… El esquema cinematográfico no habría sido rentable ni siquiera si se hubiera ejecutado tal como estaba planeado. Fue más o menos una estafa”.