Estados Unidos ha acabado de forma un tanto inopinada con el paseo militar de las jamaicanas en los 100 metros de la mano de Sha’Carri Richardson, que se ha impuesto en la final del Mundial de Budapest con unos impresionantes 10.65 (-0.2), récord de los campeonatos.
La ‘chica mala’ de la velocidad americana, la misma que se perdió los Juegos de Tokio por una sanción asociada al consumo de cannabis y falló de forma estrepitosa en los trials de 2022, había apuntado maneras esta temporada con una interesante marca personal de 10.71 pero tenía que lidiar con las antillanas Shelly-Ann Fraser-Pryce y Shericka Jackson para derribar la torre de marfil que Jamaica había construido en los últimos años -cabe recordar que las estadounidenses no logran el oro olímpico desde Atlanta 1996, cuando se coronó Gail Devers-.
La final fue igualadísima hasta los últimos 20 metros, en los que Richardson, que iba por la calle nueve lejos de los focos, metió una marcha más para imponerse con cierta claridad por delante de Jackson (10.72), que llegaba a Budapest con el mismo registro que la ganadora de hoy.
La victoria fue una sorpresa si tenemos en cuenta que Richardson había accedido por tiempos (10.84) a la final una hora y cuarto antes tras acabar tercera en una semifinal dominada por la propia Jackson y la marfileña Marie-Josée Ta Lou, ambas con 10.79.
El podio lo completó Fraser-Pryce, que a sus 36 años buscaba en la capital húngara su sexto oro en el hectómetro, un registro sin precedentes. La campeona olímpica en Pekín 2008 y Londres 2012 acabó en 10.77, marca de la temporada.
Estados Unidos no ganaba el oro mundial femenino en la prueba reina de la velocidad desde que la triste y recientemente fallecida Tori Bowie se impusiera en Londres 2017. De hecho, ni siquiera había subido al podio en Doha 2019 y Eugene 2022, con triplete jamaicano a domicilio el pasado año para mayor escarnio público.