El árbitro rumano Ovidiu Hategan se enteró de la muerte de su madre en el descanso del partido entre Alemania y Holanda y, peso a ello, completó el partido, y acabó siendo consolado por los futbolistas.
La Federación de Fútbol de Rumanía confirmó este martes 20 de noviembre la muerte de la madre del árbitro. La Federación Alemana, que era local en el duelo disputado en Gelsenkirchen, ayudó a Hategan, de 38 años, a volver a su casa lo antes posible.
Algunos futbolistas se dieron cuenta de que algo le sucedía al árbitro, pues rompió a llorar tras el pitido final, y el defensor holandés Virgil van Dijk le consoló. «Estaba llorando porque su madre acababa de morir», dijo Van Dijk.
«Le di mi apoyo y le dije que había arbitrado bien. No fue gran cosa, pero espero que le haya ayudado», agregó.
El partido, de la última jornada de la Liga de Naciones, acabó 2-2 y Holanda se clasificó a la «final four» del torneo recientemente creado por la UEFA.