La jugadora de Estados Unidos Samantha Witteman viajó junto a su hijo Noah, de siete meses de edad, para participar con su selección en El Salvador Soccer Beach Cup 2024, que se desarrolló en el Estadio Costa del Sol, del 28 al 30 de marzo.
Witteman, que ya acumula cuatro goles en el evento, explicó que tener cerca a su hijo mientras compite es una motivación extra y “el mejor sentimiento en el mundo”, aunque a veces también le pone los nervios de punta, dijo entre risas.
Sobre El Salvador Beach Soccer Cup, la goleadora norteamericana aseguró que “ha sido un evento muy bueno, con una organización genial” y que le ha gustado mucho el ambiente que la gente pone en las gradas y el nivel de los rivales.
Para el pequeño Noah, que se queda a cargo de su abuela Lola mientras su madre cumple en la arena, es la primera vez que visita El Salvador y, según su madre, se la ha pasado muy bien en el calor de la costa salvadoreña.
La delantera estadounidense de 30 años combina su pasión y compromiso con la selección de las barras y las estrellas con las exigencias propias de la maternidad.
Equilibrar las demandas de cuidar a un bebé de siete meses con el compromiso de entrenar y competir en un deporte exigente como el fútbol playa requiere una gran dosis de organización, determinación y apoyo. Desde la planificación cuidadosa de los horarios hasta la búsqueda de soluciones creativas para la logística, Witteman enfrenta un equilibrio delicado entre sus responsabilidades familiares y su carrera deportiva.
Sin embargo, para la goleadora esta combinación es una experiencia profundamente enriquecedora. La maternidad no solo les brinda una nueva perspectiva sobre la vida y el deporte, sino que también les proporciona una motivación adicional para alcanzar sus metas en el fútbol playa.
Aunque puede ser desafiante equilibrar las demandas de la maternidad con el fútbol playa, Witteman encuentra en esta combinación una fuente de satisfacción y realización tanto en su vida personal como deportiva.
“Para mí es una alegría poder tener a Noah conmigo, una motivación extra, es el mejor sentimiento en el mundo, pero también a veces es estresante. Pero Noah es un buen bebé y casi siempre me lo pone fácil; además, creo firmemente que todo el esfuerzo que hacemos vale la pena”, apuntó.
Actualmente, Witterman y su familia viven en Saint Louis, Missouri, en un clima entre templado y frío, por lo que resiente el calor del verano y la costa de El Salvador. “Hace un calor muy fuerte, son condiciones muy diferentes a las que tenemos allá en Saint Louis, pero tenemos que adaptarnos. Y también lo disfrutamos”, dijo.
Witteman quiso mandar un mensaje a todas aquellas madres que quieren o están intentando encontrar un balance entre su carrera deportiva y la maternidad: “No se rindan, sigan intentándolo, ustedes pueden lograrlo, busquen el apoyo correcto para tener detrás suyo. Las madres somos asombrosas, encuentren la voluntad, encuentren la manera de hacerlo funcionar porque es importante que sus hijos vean eso”.