Fue una brutal infracción cuyas imágenes recorrieron el mundo a través de las redes sociales y la noticia se publicó en los portales más reconocidos del planeta. Aitsaret Noichaiboon, ex jugador del Bangkok FC, saltó a la fama cuando le dio un codazo en la cara a un oponente y vio la tarjeta roja en la tercera división del fútbol de Tailanda. A un año de su agresión, mostró su arrepentimiento y cuenta cómo es su nueva vida.
Aquella reacción desmedida provocó que su club lo despidiera y la Asociación de Fútbol de Tailandia le impuso una sanción de tres años. Se disculpó con Supasan Ruangsuphanimit, su oponente, quien necesitó 24 puntos de sutura para cubrir la herida, cuando ambos se encontraron tres días después del incidente cara a cara en una audiencia.
Desde entonces, la Policía lo ha multado y le han informado que cualquier nuevo delito dentro de un período de dos años resultará en una pena de prisión. “Fue por mi mal genio y sé que no es normal. Él estuvo diciendo cosas sobre mis padres durante todo el partido y me insultó mucho hasta el incidente. Cuando me pateó el balón ya había salido del campo y no se disculpó”, se excusó Jay, como se poda a Noichaiboon, en diálogo con The Athletic.
El jugador de 28 años, quien tenía como ídolo de la infancia a David Beckham y ahora admira a Ángel Di María, se muestra muy arrepentido y en busca de una nueva oportunidad: “Lamento lo que hice después. Todo pasó muy rápido. He adquirido una experiencia invaluable así que nunca volveré a hacer algo así. He perdido ingresos y mi salud mental empeoró. Intento hacer lo mejor que puedo cada día y vivir una vida consciente.”
Su vida es muy diferente a la que tenía 12 meses atrás, ya que es padre de tres hijos y tuvo que buscar empleo rápidamente al ser vetado del fútbol profesional. Ahora trabaja en un puesto administrativo en una oficina de distrito del gobierno local para mantener a su familia mientras juega fútbol amateur a tiempo parcial hasta que su prohibición expire.
Muy lejos ha quedado aquel partido de tercera división ante la Universidad del Norte de Bangkok en el que protagonizó el incidente con Supasan Ruangsuphanimit, quien golpeó los talones de Jay cuando el balón salía para un saque de banda. Su reacción fue salvaje y no lo enorgullece en absoluto; cuanto más ves el incidente, peor se pone. Tuvo que cerrar sus cuentas de redes sociales por un tiempo porque recibía muchos mensajes agresivos.
“La gente a menudo me pregunta qué pasó cuando viajo a diferentes lugares y el efecto en mi familia definitivamente está ahí, a pesar de que me apoyan y alientan. Lo que ha seguido no ha sido bueno así que sé que no lo volveré a hacer, pero siento que acepto lo que he hecho y lo que sigue”, reconoció.
Por lo pronto, vive con su pareja, sus tres hijos y otros familiares en Pathum Thani, a una hora de Bangkok, y espera que su arrepentimiento le dé otra oportunidad en el futuro. “Creo que va a ser difícil”, le confesó a The Athletic.
Para cuando se levante el castigo, Aitsaret Noichaiboon tendrá 30 años y cargará con la fama de ser el jugador que se volvió viral por violencia. Siempre quiso ser famoso como futbolista pero claramente no de esta manera. Por el momento, juega en un equipo amateur llamado Shell FC para mantenerse activo y a la espera de otra oportunidad.
“Acepto lo que hice, pero sigo pensando que una prohibición de tres años fue demasiado severa. Un año habría sido suficiente y tiempo suficiente para volver y demostrar que he aprendido del error. Lamento lo que hice. Si existe la posibilidad de volver a jugar, haré que todos vean que no soy un jugador agresivo como en el video”, concluyó.