Por segunda vez en su naciente carrera, Naomi Osaka se consagró campeón del Australian Open. En la definición del primer Grand Slam de la temporada del circuito profesional, la tenista japonesa preclasificada número 3 venció a Jennifer Brady, de Estados Unidos, por 6-4 y 6-3 para consagrarse en Melbourne Park.
Gracias a este triunfo, Osaka se convirtió en la primera jugadora desde Mónica Seles entre 1990 y 1991 en ganar las primeras cuatro finales de los torneos grandes que disputó. La asiática acumula dos conquistas en el US Open (2018-2020) y otras dos en el Abierto de Australia, donde ya había ganado el título hace dos años, en 2019.
A pesar que el resultado demuestre lo contrario, Osaka tuvo que esforzarse para vencer a Brady, preclasificada número 22 en Australia. En el primer parcial, la estadounidense llegó a tener un punto de quiebre con el servicio de la japonesa para ponerse 5-4, pero la jugadora de 23 años se recuperó y se quedó con la manga inicial.
Ya en el segundo set, Naomi tomó ventaja de 4-0 y parecía que iba a quedarse con el partido con comodidad, pero la resistencia de Brady estiró las acciones que acabaron con un 6-3 para Naomi. Al final del duelo, Osaka le dedicó unas sentidas palabras a su rival, a la que tuvo que vencer el año pasado en las semifinales del Abierto de los Estados Unidos camino al título.
“Quiero felicitar a Jennifer. Jugamos hace algunos meses en la semifinal del US Open y les dije a los que me estaban escuchando que vos ibas a ser un problema hoy. Y tenía razón”, comentó Osaka. Rápidamente, la propia Brady y todos los espectadores en el Rod Laver Arena se rieron por las declaraciones de la nueva campeona.
En su camino hacía el título en Melbourne, la tenista japonesa venció a la francesa Caroline García por la segunda ronda (6-3/6-3) y luego dejó en el camino a Ons Jabeur, de Túnez, por 6-3/6-2. Ya instalada en los octavos de final, tuvo que combatir para vencer a la española Garbiñe Muguruza, la única que pudo ganarle un set a Osaka. El triunfo fue para Naomi por 4-6, 6-4 y 7-5. En los cuartos de final superó a la taiwanesa Su-Wei Hsieh (6-2, 6-2) y en las semifinales fue contundente ante la histórica Serena Williams, a la que le ganó por 6-3 y 6-4.
El otro dato saliente de la definición que llevó a Osaka a ganar su cuarto Grand Slam -suma siete títulos de la WTA- es que cada vez que llegó a los cuartos de final de uno de los Majors, se quedó con el trofeo. Su marca es de 12-0 en dicha instancia de los certámenes más relevantes del circuito femenino.
“Gracias por venir y mirarnos. Fue increíble para mí. No jugué mis últimos torneos con público, y tener esta energía significa mucho. Gracias por abrir sus corazones. Es un privilegio poder jugar este Grand Slam en estos momentos”, confesó Naomi con la copa en la mano.