Saúl Canelo Álvarez mantiene en vilo al mundo del boxeo por una razón muy simple: todavía no ha anunciado a sus rivales para este año. El actual campeón indiscutido del peso supermediano suele combatir en los meses de mayo y septiembre, representativos para el público mexicano. La lista de candidatos es amplia, pero hay un nombre que desvela a todos: David Benavidez, mexicoamericano que ha sido campeón mundial supermediano en dos ocasiones.
Y en ambas perdió el título debajo del ring: la primera, en 2019, por dar positivo a cocaína; la segunda, en 2020, por exceder el peso límite (168 libras) en su pelea contra Alexis Ángulo —venció al colombiano, pero ya no pudo retener el título pues lo perdió en la báscula—. Sin embargo, el Monstruo Mexicano ha enderezado su carrera en los últimos tres años y el 2023 fue especialmente bueno para él con sólidos triunfos sobre Caleb Plant y Demetrius Andrade, dos de los mejores rivales de la categoría.
Nada ha bastado, sin embargo, para atraer a Canelo Álvarez, que se niega enfrentarlo de manera sistemática. Benavidez es, desde mayo de 2022, el campeón interino de la división, lo cual es un despropósito: los títulos interinos se instauran cuando un campeón no puede defender su corona por una lesión o porque tiene permiso para buscar campeonatos en otra categoría (pero luego debe volver).
Álvarez en efecto buscó el título semipesado AMB en 2022 contra Dmitry Bivol. Pero después de esa pelea ha tenido tres más en las que nunca fue obligado por los organismos a defender sus títulos: él eligió a todos los rivales. Benavidez debería pelear con Álvarez por mandato del CMB. En caso contrario, dicho organismo debería despojar a Canelo y declarar vacante el cinturón. No ha sido así. De acuerdo con The Ring, PBC hizo una oferta de 60 millones de dólares a Álvarez para enfrentar a Benavidez, tentativamente en septiembre, y antes a otro oponente en mayo. La negativa del mexicano desató una crítica inclemente de Mike Tyson, leyenda del peso completo.
«No puedo creer lo que acabo de escuchar. Canelo rechazó 60 millones de dólares para pelear con Benavidez, que es un peleador tremendo, joven, fuerte, con hambre y con orgullo mexicano. ¿Qué le pasa a Canelo? ¿Tiene miedo de perder? ¿No quiere darle a los fanáticos la pelea que ellos quieren ver? ¿No respeta el legado de los grandes campeones mexicanos que se enfrentaron a los mejores sin importar el dinero? Esto es una vergüenza para el boxeo y para México», expresó Tyson en el podcast Rocket.
También destacó que Álvarez le está dando la espalda a su propio legado con esta necedad de evitar a Benavidez porque, como recordó, sus habilidades son incuestionables, pero no está dispuesto a medirlas con su retador mandatorio. «Yo he conocido a muchos peleadores mexicanos a lo largo de mi vida y todos han sido guerreros valientes que nunca han rehuido a nadie. Canelo no está a la altura de ellos. Está manchando su nombre y su reputación. Si yo fuera él, aceptaría la pelea con Benavidez y le demostraría al mundo que es el mejor, pero parece que no tiene el valor ni el honor para hacerlo».
El presidente del CMB Mauricio Sulaimán expresó en X que su deseo es ver concretada esa pelea, pero, en los hechos, sigue dando licencia perpetua a Canelo para no hacer su defensa obligatoria (que debe ser una vez por año). Benavidez tendrá su primera pelea del año contra Oleksandr Gvozdyk, en una combate por el título interino del peso semicompleto. Si vence, Benavidez sería retador mandatorio en dos divisiones al mismo tiempo. La negativa de Canelo le cierra los caminos y el CMB sólo le entrega premios de consolación.