A Mike Tyson le ha pasado de todo a lo largo de su vida, desde experimentar un gran éxito deportivo hasta ser protagonista de una innumerable cantidad de escándalos. Una de sus experiencias más descabelladas la tuvo hace cuatro años, en uno de los peores momentos de su vida: empezó a consumir veneno de sapo como droga psicodélica y asegura que estuvo muerto la primera vez que la probó.
“Morí durante mi primer viaje”, dijo el ex campeón mundial de boxeo de 55 años en diálogo con el New York Post en el marco de ‘Wonderland’, una conferencia de Miami dedicada a los psicodélicos, las microdosis y la medicina. “En mis viajes he visto que la muerte es hermosa. Tanto la vida como la muerte tienen que ser bellas, pero la muerte tiene mala reputación. El sapo me ha enseñado que no voy a estar aquí para siempre. Hay una fecha de vencimiento“, profundizó.
Todo comenzó algunos años atrás, cuando Iron Mike atravesaba una gran crisis personal. Tenía 45 kilos de sobrepeso, bebía mucho alcohol y se drogaba. Uno de sus amigos le sugirió que probara con veneno de sapo y, según su testimonio, le pareció una buena idea.
“Lo hice como un desafío. Estaba consumiendo drogas pesadas como la cocaína, así que ¿por qué no? Es otra dimensión. Antes de probar el sapo, era un desastre. El oponente más duro al que me he enfrentado era yo mismo. Tenía baja autoestima. Las personas con grandes egos suelen tener baja autoestima. Usamos nuestro ego para subsidiar eso. El sapo despoja al ego“, reveló.
Según el citado medio, cuando Tyson habla de estos sapos se refiere al Bufo alvarius, un anfibio de México también conocido como el sapo del desierto de Sonora. Pasa siete meses al año viviendo bajo tierra, pero cuando está activo, su veneno se puede fumar. Es también utilizado en los rituales de curación tradicionales pero, con la popularidad del LSD y la ayahuasca, se ha transformado también en una droga social.
Mike Tyson reveló que recurrió a este veneno psicodélico más de 50 veces, hasta tres ocasiones en un mismo día. A partir de ahí, afirma que perdió los 45 kilos que tenía de más en solamente tres meses, comenzó a boxear otra vez y mejoró su relación con su esposa e hijos.
“Me ha hecho más creativo y me ayuda a concentrarme. Estoy más presente como empresario y emprendedor. Si me conociste en 1989, conocías a otra persona. Mi mente no es lo suficientemente sofisticada para comprender lo que sucedió, pero la vida ha mejorado. Todo el propósito del sapo es alcanzar su máximo potencial. Miro el mundo de otra manera. Todos somos iguales. Todo es amor“, apuntó el ex campeón de los pesados.
Tyson está actualmente trabajando en dos marcas de cannabis y, según apunta el NY Post, hay una línea que no incluirá veneno psicodélico real pero es una cepa que está inspirada en sus salvajes experiencias con el veneno de sapo. No obstante, tampoco descarta la idea de empezar a comercializarlo cuando sea legal. “Estoy luchando para que los psicodélicos se conviertan en medicamentos que se pueden comprar sin receta”, avisó.