Mauricio Sulaimán Saldívar fue reelegido ayer como presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) para el periodo 2020-2024, en el primer día de la edición 58 de la Convención del organismo, que se realiza de manera virtual por la pandemia de COVID-19.
Al interior del ente boxístico se votó para que Mauricio se mantenga en el cargo, que recibió intempestivamente en 2014, cuando su padre, José Sulaimán, perdió la vida, recibiendo el apoyo de la comunidad mundial.
“Nunca planeé ser el presidente del Consejo Mundial de Boxeo. La comunidad habló conmigo, y mi familia hizo una gran diferencia. Gracias a eso he podido sentir a mi padre junto a mí”, dijo.
Para su segundo mandato (2020-2024), Mauricio consideró como principal prioridad salvaguardar la salud de los pugilistas.
“El mayor reto es cuidar al boxeador. Es honorable, el mejor que hay, porque proviene de una cuna humilde, y tras grandes sacrificios sale adelante, pero entre la fama, el dinero y las tentaciones, se puede perder. Queremos que esos campeones tengan una vida después, que también sea positiva”, expresó.
Para su siguiente periodo, el dirigente consideró como necesarios mantener los programas que trabaja el CMB: Boxeo Limpio –con la detección oportuna del uso de sustancias prohibidas–, pero también la implementación del pesaje sorpresa; impulsar el desarrollo del pugilismo amateur, mejorar las condiciones en el femenil, y en especial, la unidad mundial en este deporte.