Lo que amenazaba con convertirse en un verano movido y largo para el Atlético ha desembocado en una plantilla casi apuntalada a un mes de que comience LaLiga.
Este jueves, los rojiblancos han anunciado el fichaje de Mario Hermoso, central de 24 años procedente del Espanyol, su cuarto refuerzo en la zaga.
De esta forma, Simeone cierra su defensa, una de las líneas que más se había debilitado tras la salida de varios pilares fundamentales en los últimos años como Godín o Juanfran, además de Filipe Luis, que acaba contrato y parece más fuera que dentro del club.
La llegada de Hermoso responde a la solicitud del técnico argentino de contar con cuatro centrales capaces de pelear por un puesto de titular. El central madrileño se sumará a Giménez y Savic, habituales en la zaga en los últimos cursos, y a Felipe Monteiro, fichado hace menos de un mes procedente del Oporto. Curtido en la cantera del Real Madrid, fue cedido al Valladolid antes de recalar en el Espanyol a cambio de 400.000 euros en 2017.
Eso sí, el club blanco se reservó el 50 por ciento de los beneficios de una futura venta, además de una opción de recompra que se fijó en 7,5 millones de euros. Una opción que finalmente ha descartado ejecutar, y que ha finalizado dando con el central en las filas del Atlético.
«La entrega, la lucha, el ser constante, es lo que me identifica y es lo que vengo a demostrar aquí», explicó Hermoso en su presentación, que tuvo lugar apenas una hora después de hacer oficial el fichaje aprovechando el acto organizado para presentar a Kieran Trippier, fichado un día antes.
«Desde que tuve la oportunidad de venir aquí, la verdad es que ni me lo pensé. Era una oportunidad única, que me ayudaba a seguir creciendo en mi carrera deportiva y de volver a mi ciudad. Uno no puede borrar su pasado. Yo vengo con la ilusión de ponerme esta camiseta, de defenderla, y ganarme el respeto en el campo», reconoció sobre su pasado en las categorías inferiores del Real Madrid.
Hermoso es un central al que disfruta siendo el primer eslabón del juego de ataque, algo que a veces le lleva a asumir riesgos en la salida del balón. Zurdo, destaca por su capacidad de anticipación (la pasada temporada recuperó 5.69 balones por partido).
En su primera temporada en Primera, con Quique Sánchez Flores como entrenador, vivió una montaña rusa que le llevó a pasar de ser un desconocido a convertirse en titular para posteriormente terminar en el más duro ostracismo. Situación que cambió radicalmente el año siguiente con la llegada de Rubi le permitió asentarse en el once del Espanyol y le abrió las puertas de la selección, con la que debutó en noviembre del año pasado y se ha convertido en un fijo en las convocatorias.
El central había iniciado hace diez días la pretemporada con el Espanyol ante la demora del acuerdo entre los clubes. De hecho, el nuevo técnico de los pericos, David Gallego, le convocó el lunes para el primer amistoso de pretemporada, que disputaron ante el Peralada.
Aunque el desenlace de la negociación parecía inminente, Gallego le puso de titular, al igual que hizo con Borja Iglesias, delantero que pretende el Betis. «Son cosas que pasan entre clubes y que hay que asumir. Yo, como jugador, poco podía hacer en eso», explicaba el jugador, que este jueves se incorporará a la concentración de pretemporada de los rojiblancos en Los Ángeles de San Rafael, sobre la demora del acuerdo.