El ex entrenador del Barcelona, Luis Enrique, volvió a ocupar el cargo de la selección española después de alejarse de los banquillos en junio para centrarse en los problemas de salud que tenía su hija y que trágicamente la llevaron a la muerte.
En su presentación, el técnico español no hizo la vista gorda y habló acerca de la polémica que se generó en torno a él y a Robert Moreno, quien ocupó su lugar en su ausencia y fue destituido ante la llegada del asturiano.
“Sé que la posible atención mediática puede estar en lo que sucedió en los últimos meses. Me veo obligado a dar muchas más explicaciones de las que me hubiera gustado. Soy una persona que huye de polémicas, cualquiera que siga mi trayectoria lo sabe pero me veo obligado porque la polémica esta protagonizada por una persona que trabajó conmigo durante muchos años”, comenzó.
“El único responsable de que Robert Moreno no esté en mi staff soy yo, no Rubiales, ni Molina ni la Federación. El desencuentro con Moreno viene el 12 de septiembre”, detalló Luis Enrique.
“Ese fue el único día que tuve contacto con él. Me llamó, tuvimos una reunión en mi casa y percibí que quería hacer la Eurocopa y que después, si yo quiero, volvería a ser mi segundo. Lo veía venir por los acontecimientos de las ultimas semanas. Voy a ponerme en el otro punto de vista: entiendo que le haga ilusión, que es la oportunidad de su vida, ha trabajado mucho y es ambicioso, que es una cualidad a valorar, pero para mí es desleal, yo no lo haría y no quiero a nadie con esas características en mi staff. La ambición desmedida no es un a virtud, sino un gran defecto”, sentenció.
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“Acabó esa reunión de manera cordial y llamo a los miembros de mi staff. Quería que supieran cual era mi opinión y la de la otra parte. Tampoco quiero que se tergiversen mis palabras. A partir de ahí quiero que quede claro que no me he ofrecido nunca a la RFEF, no he llamado a nadie y nunca he dejado que terceros llamen en mi nombre para ofrecerme”, aclaró
“En su momento tuve que dejar la Selección por las circunstancias que conocen y me mantuve al margen. Esto cambia a finales de octubre, que Rubiales y Molina me llaman y tenemos una reunión agradable. Lo primero que les dije fue: ‘Estén exentos de cualquier compromiso que crean que tienen conmigo. No hay compromiso conmigo’. Me muestran el interés, les expongo mi punto de vista y el resto es de sobra conocido por todos. Es cierto que me siento responsable y no estoy orgulloso de cómo acabó todo”, consideró el técnico de 49 años.
Hace una semana atrás, Robert Moreno lanzó un comunicado en el que se despedía del cargo: «Tengo la conciencia tranquila. Es imposible agradar a todo el mundo (…) Siempre he mantenido que soy un hombre de palabra, que no sería impedimento en el caso de que Luis Enrique decidiera volver a entrenar. Así lo he hecho aunque haya supuesto mi salida (…) “Quiero destacar que no hubiese sido posible para mí desarrollar esta tarea sin Luis Enrique, Rafel, Joaquín y Jesús. No pierdo un ‘staff’, lo que dejo atrás son amigos”.
El asturiano sólo se limitó a decir que, “lo que le contesto es que no lo quiero en mi staff y que estoy fuerte. Que quiero volver a trabajar, no sé cuando lo haré pero le digo que tengo ganas, que voy a volver al fútbol (…) Aguantar con una persona desleal por el hecho de no montar un lío sería muy falso. Y yo no soy así (…) No soy el bueno de la película pero el malo tampoco”.