El Manchester City sigue sin levantar cabeza. Apenas unos días después de su dolorosa eliminación en el playoff de la Champions League a manos del Real Madrid, los dirigidos por Pep Guardiola volvieron a tropezar en la Premier League. En un Etihad Stadium expectante, el Liverpool impuso su jerarquía con un sólido 0-2 que refuerza su liderato con 64 puntos y deja a los Citizens en una preocupante cuarta posición.
Desde el primer minuto, el Liverpool mostró su determinación. Apenas al 14’, Mohamed Salah abrió el marcador con una exquisita definición tras un saque de esquina, dejando sin opciones a Ederson. Manchester City intentó reaccionar con remates de Foden, Marmoush y De Bruyne, pero la puntería no estuvo de su lado. En cambio, los Reds aprovecharon su efectividad, y al 37’ Dominik Szoboszlai amplió la ventaja tras una asistencia de Salah, silenciando a la afición local.
El segundo tiempo arrancó con la misma tónica: un City insistente pero sin claridad y un Liverpool que administró su ventaja con inteligencia. Incluso, los visitantes pudieron haber firmado la goleada al 56’, cuando Curtis Jones marcó el tercer gol, pero el VAR lo anuló por fuera de juego previo de Gravenberch. Mientras tanto, Guardiola movió sus piezas al 66’ con el ingreso de James McAtee por De Bruyne, pero el equipo nunca encontró el camino para inquietar realmente a Alisson Becker.
Phil Foden y Nico González intentaron descontar con remates lejanos, pero el Liverpool, bien parado en defensa con Van Dijk y Konaté, resistió sin mayores sobresaltos. Los de Klopp también generaron peligro, con un Luis Díaz incisivo que estuvo cerca de firmar el tercero al 64’. Sin embargo, la ventaja de dos goles fue suficiente para que el equipo visitante sellara una victoria clave en la lucha por el título.
El pitazo final dejó un sabor amargo en el City, que atraviesa su momento más delicado de la temporada. Eliminado de Europa y con un rendimiento irregular en la liga, el equipo de Guardiola se enfrenta a una crisis que podría costarle caro si no endereza el rumbo. Mientras tanto, Liverpool sonríe desde la cima, cada vez más firme en su aspiración por recuperar el trono de la Premier League.