La venezolana Yulimar Rojas se convirtió este lunes en la primera atleta en lograr tres títulos mundiales de triple salto gracias a una marca de 15,47 metros que le dio el oro en Eugene-2022.
Rojas, dueña del récord mundial (15,74 metros), confirmó su aplastante dominio de la disciplina al imponerse a la jamaicana Shanieka Ricketts, que se quedó con la plata con 14,89, y la estadounidense Tori Franklin, bronce con 14,72.
“Esta es una competición especial para mí. Es mi tercer título mundial consecutivo. Todavía no lo he asimilado”, dijo una radiante Rojas tras salir de la pista del Hayward Field de Eugene (Oregón).
Campeona olímpica en Tokio-2020, Rojas posee ahora tres oros de Mundiales al aire libre (2017, 2019 y 2022) y otros tres en pista cubierta (2016, 2018 y 2022).
Rojas, de 26 años, sentenció el concurso con un segundo salto de 15,47, la mejor marca de la temporada.
“Ha sido un día bonito, no puedo decir que haya sido uno de mis mejores días de competencia, porque no lo fue. Pero he dejado un buen registro”, reconoció.
En su regreso al estado de Oregón, donde ganó su primer mundial de pista cubierta en Portland en 2016, Rojas quería brindarle al público otra gesta como los dos récords mundiales que ha roto en menos de un año.
En los Juegos de Tokio-2020 entró en el olimpo del atletismo con el primer oro olímpico de una atleta venezolana y un primer récord mundial de 15,67 metros, que en marzo alargó a 15,74 en el Mundial de Belgrado en pista cubierta.
“Es verdad que (la medalla) no la siento de la forma en que sentí el Mundial de Belgrado, que lo hice con un récord”, reconoció la siempre autoexigente Rojas. “Pero es muy especial porque esta ciudad me trae muchos recuerdos, vengo de una preparación corta, me sobrepuse al tiempo, a la lesión, a todo lo que se interpuso en el camino para poder conseguirlo”.
La venezolana, que sufrió una pequeña lesión muscular hace un mes, tampoco estuvo cómoda con las condiciones climáticas de la fresca tarde en el Hayward Field.
“Hoy hacía un poco de frío, mucho viento y no encontraba la mejor carrera de impulso”, afirmó. “Pero hemos cumplido con lo que vinimos a hacer aquí. Conquistar la medalla, saltar por encima de los 15 metros y lograr la mejor marca mundial del año”, recalcó.
TRIUFO ROTUNDO
Si el año pasado su grito de felicidad por el oro olímpico retumbó en las gradas vacías de Tokio, en Eugene Yulimar Rojas saboreó el apoyo de los alrededor de 10.000 aficionados pidiendo su apoyo desde el primer salto.
Tras un murmullo de decepción por su primera y discreta marca de 14,60 metros, la carismática venezolana les demandó con las manos que tuvieran un poco de paciencia.
La jamaicana Rickets, la última que saltó más lejos que Rojas en una competencia en 2019, lideraba el concurso con un salto inicial de 14,89 metros.
Rojas no quiso esperar más y despertó el asombro general con un segundo salto de 15,47 metros que ahora sí celebró con la grada.
Con su pelo teñido esta vez de rubio, Rojas levantó primero las rodillas imitando la clásica celebración del basquetbolista LeBron James y luego señaló la pista con los dedos dando por zanjada la pelea por el oro.
De sus 11 rivales solo una había logrado en su carrera superar los 15 metros, la portuguesa Patrícia Mamona (15,01).
SIN RECORDS
Con su tercer campeonato mundial virtualmente en el bolsillo, la venezolana tenía cuatro saltos por delante para asaltar otras gestas.
A solo tres centímetros tenía el récord de los Mundiales, que seguirá perteneciendo a la ucraniana Inessa Kravets (15,50).
Por delante estaba el récord mundial y, en una frontera inexplorada, su gran meta personal de volar hasta los 16 metros.
“Es mi meta más importante por ahora y sé que estoy cerca. Está en mis piernas”, reiteró este lunes.
En el tercer intento se quedó en 15,24. Como en cada turno, Rojas se acercaba a la primera fila a escuchar a su entrenador, el multicampeón cubano de salto largo Iván Pedroso.
En el cuarto y quinto salto arriesgó más de la cuenta y quedaron nulos. Le quedaba un sexto y último intento, con el que logró los dos récords mundiales que ha batido en el último año.
Esta vez no fue “el salto de la gloria”, como Rojas lo llama, al quedarse en 15,39 metros pero Rojas rápidamente se dio la vuelta, lanzó un grito de felicidad y se fue corriendo a la grada a buscar una bandera de Venezuela para recorrer la pista.
Con este triunfo, el país caribeño cuenta en su historial en los Mundiales de atletismo con los tres oros de Rojas y un bronce de Robeilys Peinado en el salto con garrocha de Londres-2017.