Los dos grandes del fútbol español, Madrid y Barcelona, arrastraban un estereotipo desde hace varias décadas. Mientras que el Madrid ha sido, históricamente, un equipo de sus futbolistas (sucedió así en la época de Di Stéfano, Puskas y Gento, en la del Madrid de los Ye-Yé, la Quinta del Buitre, los Galácticos o de Cristiano), el Barça ha sido un equipo en el que el estilo lo marcaba el entrenador: Helenio Herrera, Cruyff, Rijkaard, Guardiola…). Ahora, Zidane, el entrenador de las tres Champions consecutivas, del doblete que el Madrid pudo conquistar (en la 2016-17) 59 años después, le ha dado la vuelta a la tortilla.
Él ha convertido al Madrid en un equipo de autor. Sus decisiones acertadas han revivido a un equipo que la pasada campaña estaba muerto y en el que no ha habido mucho cambio de cromos (más allá de los Hazard y Mendy). El técnico francés volvió a dar un golpe en la mesa en el derbi. Las que siguen son las decisiones que ha tomado y que mantienen al Madrid como el equipo más sólido de Europa con el Liverpool.
Doble cambio.
Zidane nunca lo había hecho y recordó a los tiempos de Mourinho, al que no le temblaba en cambiar a futbolistas a pares al descanso cuando algo no le gustaba. Al meter a Lucas y Vinicius en las bandas y quitar a Kroos e Isco, Zidane reconocía un error pero daba la vuelta al derbi como un calcetín. “Lo que pasó en la primera mitad fue culpa mía”, dijo entonando el mea culpa. “No me gusta hacer cambios al descanso, pero lo necesitábamos». Varane le dio la razón tras el partido: “Nos dijo que abriéramos el campo, que fuéramos más profundos y que aprovecháramos la velocidad en las bandas”. Es curioso, Zidane se dejó el tercer cambio sin hacer. Ni siquiera quiso perder tiempo con el marcador tan ajustado de tanto que le gustaba cómo le había quedado el cuadro.
Valverde.
Es la gran noticia que Zidane se ha sacado de la manga esta temporada. Es el Pogba que quería y ha apostado por él de manera contundente hasta que le ha dado resultado. El uruguayo ha terminado dándole la razón al francés. Ha sido titular en 18 partidos y el equipo no ha perdido ninguno. Todo victorias menos seis empates. Con él en el campo el balance de goles es de 42 a favor y 6 en contra. Y, sin el, de 22 a favor y 17 en contra.
Doble pivote.
Zidane no ha tenido complejos a la hora de diseñar un Madrid con un doble pivote de contención (entre comillas, pues ambos tienen mucha calidad), con Valverde y Casemiro. Lo demostró en el último derbi. Para meter las dos bandas no dudó en quitar del campo a Modric. En su ecuación, para los partidos importantes, es Modric o Kroos, porque lo que es seguro es su doble pivote Casemiro-Valverde. Zidane tomó esa decisión después del 3-0 de París, el 18 de septiembre. Desde entonces, uruguayo y brasileño han formado juntos en todos los encuentros importantes que se han jugado esta campaña: en el primer derbi de Liga (0-0), en el decisivo partido de Estambul con el equipo contra las cuerdas en Europa (0-1), en el 2-2 ante el PSG del Bernabéu, en el 1-1 y 0-0 ante Valencia y Barça en Liga, en los dos encuentros de la Supercopa y en el último derbi de Liga ganado. Salvando las distancias, ese centro del campo de pierna tan fuerte recuerda, salvando las distancias, al que dispuso Capello con Emerson y Diarra o, después, Mourinho con Xabi Alonso y Khedira.
Convencer al futbolista.
Varane lo puso sobre la mesa después del derbi: «Lo decimos mucho y parece una frase hecha, pero la realidad es que somos una gran familia”. Y Zidane es el líder. Sus decisiones tratan siempre de ser justas con el vestuario. En el último derbi dejó a Bale fuera de la convocatoria aunque estaba listo para jugar. Maneja a sus hombres con destreza. Sorprendió que dejara a Rodrygo fuera de esta última lista. Fue un refuerzo para Vinicius que terminó resolviendo el partido con su pase filtrado a Mendy.
Kroos.
Él ha sido el mayor beneficiado de tener las espaldas guardadas (o Modric, cuando juega por el alemán), por Casemiro y Valverde. Está siendo el mejor Kroos desde que llegó. El alemán ya ha participado en doce goles, ha dado ocho asistencias y marcado cuatro goles. Juega con más libertad de movimientos que la campaña pasada, cuando tenía un rol más posicional. Le ocurre lo mismo a Modric, al que s ele ve llegar a posiciones de ataque con más facilidad.
Mendy.
Otra gran decisión de Zidane. Su fichaje y apostar por él. Marcelo le está ayudando mucho con la actitud que está teniendo al no quejarse en público por su suplencia. En realidad, Valverde y Mendy tienen mucho que ver en que el equipo, esta temporada, esté fijando récords defensivos. Lo prueba el hecho de que ha dejado la puerta a cero en el 51% de los partidos que se han jugado esta temporada y en un récord histórico de menos goles encajados (13 goles concedidos en 22 jornadas). El anterior récord (14 goles a estas alturas databa de 1962, de 1965 y de 1988).
Versátil con los sistemas.
Zidane se ha destapado esta temporada como un técnico realmente versátil. Empezó dando muestras de ello en la misma pretemporada, cuando probó una defensa de tres centrales en los dos últimos partidos del verano, ante el Salzburbo y el Roma. Parecía que esa sería su dibujo tipo, pero luego no lo ha utilizado en ningún partido oficial. En ellos, sin embargo, ya ha probado varios: el 4-3-3 con Vinicius (Bale o Rodrygo), Benzema y Hazard en punta; el 4-2-3-1 sólo con Benzema en punta y el 4-1-4-1 o lo que es lo mismo, el equipo de los cinco centrocampistas (con Valverde volcado a la derecha) que fue una sorpresa en la Supercopa y del que se tuvo que retractar en el último derbi ganado en el Bernabéu. Incluso llegó a disponer un 4-4-2 en el 2-2 con el que sorprendió al PSG de Tuchel en el Bernabéu.