Luego del empate contra Alemania en Dortmund, la Selección se presentó en el Manuel Martínez Valero de Elche para medir sus fuerzas frente a Ecuador, un rival con mayoría de jugadores juveniles para formar las bases de cara a las eliminatorias del Mundial de Qatar y el Preolímpico que se disputará en Colombia en enero.
Un tiro libre prematuro ejecutado por Sornoza representó la primera acción de peligro, que fue desactivada por la notable reacción de Agustín Marchesín. La respuesta albiceleste, en tanto, se basó en las constantes proyecciones de Marcos Acuña que buscaron abastecer a Lautaro Martínez y Lucas Alario.
La fórmula de Lionel Scaloni se concretó a los 20 minutos del primer tiempo, cuando el Huevo envió un preciso centro para la llegada del ex River, quien festejó el 1 a 0 con un cabezazo que dejó sin posibilidades a Pedro Ortíz.
La receta del éxito no mermó. Un extraordinario cambio de frente de Rodrigo De Paul para Acuña desestabilizó a la defensa ecuatoriana. Así, el volante con pasado en Racing y Ferro envió un nuevo centro que se desvió en Espinoza y descolocó al arquero: 2 a 0.
El triunfo se convirtió en goleada pasada la media hora. Como si se tratara de una invitación constante, Acuña volvió a desequilibrar por el sector izquierdo y buscó a Lautaro Martínez para que defina dentro del área chica. La conquista no pudo sellarse debido a la dura infracción que cometió Darío Aimar y concluyó con la pena máxima.
Una discusión entre el ídolo de Racing y Leandro Paredes opacó la imagen de un equipo que ganaba, gustaba y goleaba. La intervención de Rodrigo De Paul para terminar con la interna sirvió para que el volante central establezca el 3 a 0 y se reconcilie de inmediato con el Toro en el festejo.
Si algo le faltaba al picante episodio protagonizado por los intérpretes fue la decisión que tomó Lionel Scaloni en el descanso: reemplazar a Lautaro Martínez por Paulo Dybala y a Paredes por Guido Rodríguez. Los entredichos por la ejecución del penal fue el factor determinante del castigo que recibieron los jugadores.
En el complemento los de Jorge Célico encontraron el descuento a través de la pelota parada. Ángel Mena se hizo cargo de un tiro libre que expuso el exceso de confianza de Agustín Marchesín. El remate que besó el poste antes de llegar a la red pudo tener otro destino si el ex Lanús no se hubiera quedado estático.
Las esperanzas ecuatorianas de una posible hazaña se esfumaron cuando Germán Pezzella se elevó en el soleado cielo ibérico. El ex central de River ganó en el área adversa y selló el 4 a 1 después de un punzante centro de Dybala.
No conforme con la abultada victoria, la Argentina nunca sacó el pie del acelerador y continuó lastimando al debilitado conjunto ecuatoriano. La combinación del circuito ofensivo volvió a demostrar su efectividad después de una descarga de Guido Rodríguez para la exquisita pegada de Nicolás Domínguez: 5 a 1, y todavía había tiempo para más.
Toques de primera, precisiones, cambios de ritmo y definiciones efectivas completaron el monólogo albiceleste con el grito de Lucas Ocampos. Con el 6-1 se cerró el set y el partido para que el elenco de Scaloni se entusiasme con un recambio que quiere volver a conquistar el continente. La Copa América del próximo año es el objetivo que desvela a la Selección. La gira por Europa significó un argumento para alimentar las esperanzas.