El Inter llegará a la crucial cita europea del martes contra el Barcelona inmerso en un mar de dudas, después de perder contra la Roma de Mourinho (1-2) en un partido que empezó ganando con un gol de Dimarco y se le escapó en dos desajustes defensivos, castigados por Dybala y Smalling. El equipo de Inzaghi, cada día más cuestionado, ocupa el séptimo puesto en la Serie A, a ocho puntos del liderato.
Pese a enfrentarse a un escenario muy distinto al del martes, ya que la Roma regaló de inicio el balón, el Inter mostró sus luces y sombras. Para empezar, los carrileros, pieza clave en el 3-5-2 de Inzaghi. Dumfries se incorporó una y otra vez por la derecha hasta línea de fondo. Y Dimarco, célebre por su espléndido golpeo de zurda, sorprendió en el lado izquierdo pisando zonas más centradas. Un pase genial de Barella, tan hiperactivo en la presión como certero con el envío, encontró el desmarque del italiano para el 1-0.
El Inter había llevado la iniciativa, pero sin juego entre líneas ni lucidez en el último tercio. Lautaro, que venía de brillar con Argentina, apenas tocó balón. A Dzeko, sustituto del aún lesionado Lukaku, le llegó una pelota en condiciones y marcó de un zapatazo, aunque la acción se anuló por fuera de juego. Çalhanoglu, que tiene un cañón por pierna diestra, disparó cerca de la escuadra. Por oleadas, sin continuidad en el juego.

El partido parecía controlado, pero el Inter descarriló. Los ‘nerazzurri’ encajan goles con facilidad este curso, y la Roma ‘mojó’ en su primera llegada. Spinazzola encontró un autopista a la espalda de Dumfries y Dybala, solo en el carril opuesto, empató.
Al gol siguió un bajón anímico habitual en los de Inzaghi, incapaces de dominar un partido entero. Se notó la baja de Brozovic, pieza clave en la medular que tampoco estará contra el Barça. Asllani, de 22 años y casi inédito desde su llegada en verano, ocupó el vacío sin su jerarquía