Se acerca a los 40 años y sigue dándo cátedra. Vive con pasión el futbol como si fuera un chico de 20 años, aunque la velocidad no sea la misma. El hambre de gol es como la de un león adolescente cazando en el África. Es Zlatan Ibrahimovic, el delantero sueco que cumple su palabra con el Milán.
El atacante rossonero volvió con el equipo justo en la temporada que se interrumpió por la pandemia. Pero renovó contrato en agosto pasado. No se podía ir sin cumplir su palabra, la máxima por la que dejó al Galaxy de Los Angeles para volver a la Serie A.
La revancha es un aliciente para deportistas tan competitivos para Zlatan. El sueco es un hombre que entra en personaje para decir que él mismo es Dios, pero también un profesional que no le falta el respeto al futbol. Al contrario, sabe venerarlo con sus actuaciones.
No piensa en decir adiós. Tiene otras cosas en mente y eso es cumplir con su palabra. Cuando renovó, en agosto de este año, lo volvió a decir, como un mantra.
Siempre he dicho que no estoy aquí para ser una mascota. Este año tengo la oportunidad de estar aquí desde el inicio de la temporada y quiero dar resultados y ayudar al club, al entrenador y al equipo a llevarlo a donde pertenecen», dijo.
Y a eso se ha dedicado el sueco: el Milán es líder en la Serie A con 17 puntos. El equipo lleva 16 goles a favor, de los cuales la mitad son de Zlatan, que marcha como líder de goleo con ocho anotaciones en cinco partidos disputados de los siete que van en la campaña.
De seguir así, destronaría a la Juventus de Turín y regresará al Milán a la Champions League, torneo en el que se le extraña.
