La Lazio de Simone Inzaghi vive un momento maravilloso: el 5-1 endosado al Sampdoria supone el undécimo triunfo seguido, mejorando el récord histórico del club y aumentando la ilusión de la hinchada, que sueña cada vez más con competir con Juventus (a la que ya tumbaron dos veces en este curso, en Serie A y Supercopa) e Inter por el scudetto. Luis Alberto, hombre clave del equipo, y Ciro Immobile fueron protagonistas en la tarde perfecta de los capitalinos, que salieron de inicio con dos españoles más: Jony en el carril izquierdo y Patric en defensa.
Ante los de Ranieri, que están en lucha por la salvación, prácticamente no hubo partido. Caicedo abrió la lata después de apenas siete minutos y luego empezó el enésimo show de Immobile, que remató la faena entre el 17′ y el 20′. El napolitano, primero realizó un penalti (concedido por una mano de Murru), y luego aprovechó un pase largo de Acerbi para penetrar en el área rival, regatear al meta Audero y empujar el esférico entre palos.
No hubo reacción de los ‘doriani’, y en el comienzo de la reanudación la lluvia de goles continuó: Bastos, en una jugada repleta de rebotes, firmó el 4-0, mientras que con otra pena máxima (por otra mano, esta vez muy dudosa, de Colley) Immobile completó su hat-trick y sigue sumando números increíbles. La Opta señaló que solo Messi, en las últimas tres temporadas, marcó más de un gol en un partido más veces que el italiano (21 contra 18): el punta lleva 26 goles en 25 partidos de este curso, 23 de los cuales en la Serie A, amenazando cada jornada más el récord de Higuaín (36).
En la última media hora, hubo espacio para el gol del honor de los blucerchiati (obra de Linetty), que sin embargo terminaron con diez por la roja directa que vio Chabot, que tumbó a Adekanye mientas se iba hacia la portería rival. La Lazio evitó ensañarse: el martes se jugará el pase a las semifinales de Copa italiana en Nápoles y el domingo le tocará el derbi con la Roma. Una semana decisiva para su temporada, a la que Inzaghi y sus jugadores se acercan con enorme ilusión. Están imparables.