La Fiscalía solicita una pena de dos años y medio de prisión para el expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones en la causa sobre el beso no consentido que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial en Sídney, el pasado 20 de agosto.
El escrito de la acusación firma que el 20 de agosto de 2023, durante la entrega de medallas a las ganadoras del Mundial de fútbol, el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) “sujetó la cabeza de la jugadora (Jenni Hermoso) con ambas manos y, de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios”. Desde entonces, asegura la Fiscalía, “comenzaron a ejercer actos constantes y reiterados de presión” sobre Hermoso para que “justificar y aprobara el beso que contra su voluntad le dio Luis Rubiales”.
La fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez Gil, pasa entonces a describir los hechos de hostigamiento cometidos tanto por Luis Rubiales como por el exentrenador de la Selección Española Femenina de Fútbol, Jorge Vilda Rodríguez; el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera Tejido; y el director deportivo del equipo, Albert Luque Martos. El escrito asegura que “eran personas de confianza del acusado Luis Manuel Rubiales Béjar” y que “su privilegiada situación en la RFEF” dependía de “la suerte que corriera la de su presidente”.
En su escrito a la Audiencia Nacional, pide para Rubiales un año de prisión y su inhabilitación por el delito de agresión sexual, además de dos años de libertad vigilada y la prohibición de comunicarse con Jennifer Hermoso o acercarse a ella durante cuatro años. Por los delitos de coacción, pide un año y seis meses de cárcel para los cuatro acusados, así como su inhabilitación y la prohibición de hablar o acercarse a la jugadora durante tres años y seis meses. La Fiscalía pide también una indemnización de 100.000 euros para la jugadora: 50.000 por el delito de agresión sexual y 50.000 por el hostigamiento.
Las presiones a Jenni Hermoso y a su familia
Según la Fiscalía, la jugadora de la Selección Española recibió presiones para declarar el beso como consentido desde el momento inmediatamente posterior a la entrega de medallas. En las puertas del vestuario, Rubiales “instó a la jugadora para que llevara a cabo una declaración pública acerca de la aceptación por su parte del beso”, algo con lo que Hermoso no estaba de acuerdo. Se le repitió este requerimiento en el autobús camino del aeropuerto, del que obligaron a bajar a la jugadora para que suscribiera la nota de prensa redactada por la RFEF en la que “no había tenido ninguna intervención y cuyo contenido no compartía, a pesar de lo cual, fue remitida a los medios de comunicación”.
En el vuelo de regreso, Rubiales volvió a increpar a Hermoso para que accediese a hacer una manifestación pública conjunta en la que declarase el beso consentido, “a lo que la jugadora se negó más de una vez, expresando su hartazgo y malestar” por las presiones.