Dos de los mejores conjuntos de la actualidad no solamente en Inglaterra sino en el mundo se cruzaron en la final de la Copa de la Liga inglesa: tras el 0-0 en tiempo reglamentario, Liverpool derrotó a Chelsea en una tanda de penales tan electrizante como extensa. Fue 11-10 a favor de los Reds, que celebraron gracias al yerro en la ejecución del arquero Kepa Arrizabalaga, quien entró sobre el final del tiempo extra para la tanda desde los 12 pasos y no pudo desviar ni uno.
Wembley fue pura emoción pese a la falta de goles en los 120 minutos disputados. El encuentro fue reñido, cerrado, pero ambos tuvieron opciones como para inclinar la balanza a su favor. Primero fue Sadio Mané el que desperdició una situación inmejorable con un Edouard Mendy casi vencido en el piso por haberse revolcado para desviar un remate desde media distancia de Naby Keita. De forma milagrosa, el guardameta senegalés se recompuso y evitó la caída de su valla.
Mason Mount contó con dos chances nítidas en el cierre del primer tiempo y el inicio del segundo. Primero ensayó una media volea desviada luego de la asistencia de Kai Havertz; luego Christian Pulisic lo dejó cara a cara con el portero Caoimhin Kelleher y estrelló la pelota contra el poste.
Los fanáticos de los cuatro costados llegaron a gritar tantos, aunque el VAR alertó al árbitro Stuart Attwell por posiciones adelantadas finas y discutidas. Joel Matip encontró la red tras el cabezazo de Mané en un tiro libre de Trent Alexander-Arnold, pero le levantaron la bandera y se ahogó así el grito de los simpatizantes del Liverpool. Los Blues también enrojecieron en vano sus gargantas con la conquista de Romelu Lukaku, que partió milimétricamente adelantado en el inicio de la jugada.
A sabiendas de la habilidad de Kepa para afrontar una tanda de penales, Thomas Tuchel reemplazó a Mendy a falta de pocos segundos para el pitazo final. Al entrenador alemán le salió el tiro por la culata: al golero español le convirtieron los once penales (incluido su colega Kelleher) y tiró a las nubes el definitorio que le dio el título a los de Jürgen Klopp. Milner, Fabinho, van Dijk, Alexander-Arnold, Salah, Diogo Jota, Origi, Robertson, Elliott, Konate y Kelleher acertaron para Liverpool; Alonso, Lukaku, Havertz, James, Jorginho, Rudiger, Kante, Werner, Thiago Silva y Chalobah concretaron para Chelsea. Kepa Arrizabalaga, que ingresó para ser héroe, se convirtió en villano.
De esta manera, los Reds alzaron la EFL Cup después de una década, ya que la última vez había sido en la temporada 2011/2012, cuando vencieron en la tanda de penales al Cardiff City. Este hito puede ser considerado histórico en el fútbol británico, ya que Liverpool volvió a ser el máximo ganador de este título con 9 trofeos, uno más que el Manchester City, que había conquistado seis de las últimas ocho ediciones y luce en sus vitrinas 8 copas (Manchester United, Aston Villa y Chelsea se anotan en el podio con 5 cada uno).