La estrella del fútbol español Jenni Hermoso declaró este martes ante la Audiencia Nacional en Madrid sobre el beso que, según ella, le dio en la boca sin su consentimiento el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, tras la victoria de España en la Copa Mundial Femenina en agosto pasado.
Hermoso habló durante dos horas y media a puerta cerrada con el juez instructor Francisco de Jorge, que está examinando las pruebas, incluidas las imágenes de televisión, antes de decidir si aprueba la imputación y eleva el caso a juicio.
A la salida de la Audiencia, acompañada de su abogada, dijo a los periodistas: «Ha ido todo bien. Ya todo queda en manos de la justicia».
La delantera de 33 años —máxima goleadora de la historia de la selección española— presentó en septiembre una denuncia judicial por agresión sexual y coacciones por el beso en el podio de los ganadores el 20 de agosto, afirmando que no había querido ser besada y que se sentía «vulnerable» y «víctima de una agresión».
Rubiales, quien dimitió como presidente de la RFEF el 10 de septiembre en medio de fuertes presiones, tras haberse negado previamente a dimitir, afirmó que el beso fue «espontáneo, mutuo, eufórico y consentido».
El caso conmocionó al mundo del deporte y a la sociedad española y extranjera, provocando protestas y nuevas acusaciones por parte de mujeres de que hombres prominentes o poderosos las habían obligado a mantener relaciones íntimas. En España, la etiqueta de redes sociales #SeAcabó se convirtió en un grito de guerra.
Además de los posibles cargos penales, Rubiales se enfrenta a una investigación del Tribunal Administrativo del Deporte de España por presunta «falta grave» y la FIFA, organismo rector del fútbol mundial, le ha prohibido ejercer su cargo durante tres años.
En agosto, la fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durantez Gil, dijo que el cargo de agresión sexual al que podría enfrentarse Rubiales conllevaba una pena de prisión de entre uno y cuatro años.
La fiscal dijo que Hermoso había afirmado en su denuncia que ella y sus familiares recibieron presiones de Rubiales y su entorno para que dijeran que «justificaba y aprobaba lo sucedido».
El juez Francisco de Jorge impuso una orden de alejamiento para impedir que Rubiales se acercara a Hermoso cuando compareciera ante él a mediados de septiembre.