Rafael Nadal tiene espíritu de guerrero. Las lesiones que lo diezmaron en el pasado no le impidieron dominar el número 1 del ranking durante buena parte de la última temporada. Sin embargo, el físico sigue encendiendo alarmas y a horas de su debut oficial del 2019 en el ATP 250 de Brisbane decidió bajarse para priorizar su salud.
«Yo quería jugar, pero todas las recomendaciones de los médicos de mi confianza me han dicho que aunque mis sensaciones sean mejores hay un riesgo importante de que no pueda estar jugando en Melbourne. Es verdad que no puedo dar el 100%», reconoció el mallorquín en la rueda de prensa que utilizó para oficializar su salida del cuadro principal del torneo en el que se iba a estrenar ante el francés Jo-Wilfried Tsonga.
Pero ¿cuál es el problema en esta ocasión? Una molestia en el muslo izquierdo.
Aunque «Rafa» se muestra optimista de cara al 13 de enero –fecha de inicio del Australia Open-, su historial de lesiones pide poner un manto de incertidumbre sobre su figura. Desde su retiro del US Open por lesión en septiembre del 2018, apenas saltó a los courts hace unos días para afrontar un compromiso comercial en Abu Dhabi.
«No he jugado sets antes de venir aquí. Estoy más o menos satisfecho con mi cuerpo», indicó Nadal. Nuevamente lo positivo de sus declaraciones no coincidieron con sus acciones: se bajó del otro duelo que disputaría en la exhibición de Oriente Medio. «Me tomé un día de descanso, no jugué el segundo partido porque después de una operación no quiero dar pasos atrás», detalló.
El hilo de su actividad indica que aquel partido contra Juan Martín del Potro en las semifinales del Abierto norteamericano debió abandonarlo por un problema en el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Semanas más tarde ingresó al quirófano, pero para intervenirse el tobillo diestro por un «cuerpo libre intraarticular» que lo venía molestando desde «hacía tiempo». Por entonces, se confesaba a sus fanáticos: «Ha sido un año complicado, muy malo en lo que a lesiones se refiere».
Con 32 años y a punto de iniciar su 18ª etapa como tenista profesional, las exigencias a las que somete su físico siembran un interrogante: ¿podrá sostenerse durante el 2019 como uno de los reyes del circuito?
En total, lleva cuatro meses sin tener acción oficial y durante la temporada pasada apenas se presentó en nueve competencias, teniendo en cuenta que en dos ocasiones –US Open y Australia– debió abandonar por diferentes molestias físicas.
Perseguido por los fantasmas de los inconvenientes, le sobró para oscilar entre el 1° y 2° puesto del conteo mundial tenístico, aprovechando las ausencias de Novak Djokovic, Andy Murray, el lento regreso de Juan Martín del Potro y las inconsistencias de Alexander Zverev. Pero ¿seguirá ostentando su condición de rey?