Un gol y cuatro asistencias en 13 partidos. Hasta ahora no parece un balance muy positivo para Hazard, el hombre que estaba llamado a liderar el Madrid posCristiano y el fichaje con el que Florentino retomaba la senda galáctica. El belga se lesionó el tobillo el 26 de noviembre en un desafortunado lance del juego con Meunier, compatriota suyo del PSG. «Microfisura de 3 milímetros perimaleolar en la pierna derecha», rezaba el parte médico. Mañana, ante el Celta, volverá a pisar un terreno de juego.
Lo hará 82 días después. En ese tiempo el Madrid ha disputado 16 partidos. Sólo ha perdido uno, el de Copa ante la Real Sociedad. Sin el belga, curioso, Zidane encontró el engranaje perfecto para su nuevo Madrid. Una forma de jugar que le ha llevado a estar líder en solitario de la Liga y a recuperar la confianza en el juego para encarar la eliminatoria de octavos ante el City. En ese contexto vuelve Hazard. Su regreso plantea unas incógnitas que Zidane debe resolver.
Sistemas posibles
Zidane invirtió buena parte del inicio de la temporada en buscar el sistema que mejor se adaptaba a Hazard. Y tardó en encontrarlo. Probó hasta con tres centrales en los dos últimos encuentros del verano, ante Salzburgo y Roma. Más allá del dibujo (en esta página están ilustrados los tres en los que puede incluirlo), lo que sí quedó patente en el primer tercio de la temporada es que liberar a Hazard de tareas defensivas (acercarlo a Benzema) le convierte en un jugador más decisivo. Y que cargar con ese trabajo a otro futbolista (reforzar la media con el doble pivote Casemiro-Valverde) es consecuencia directa de ello y obligatorio.
Los números dejan muy claro qué significa tener a Hazard en el once. Con él sobre el campo (14 partidos), el Madrid marca más (2,14 goles por partido) que sin él sobre él césped (2 goles por encuentro). Por contra, cuando el belga juega el equipo encaja más (0,78 por partido por los 0,68 cuando no está). El Madrid dejó la puerta a cero en siete de los 16 encuentros que faltó por su lesión de tobillo. A nadie se le escapa el detalle de que en el debut de Hazard en partido oficial (ya que se perdió los cuatro primeros por lesión), ante el PSG, el Madrid salió derrotado con estrépito del Parque de los Príncipes (3-0). «Este verano llegué con 80 kilos», llegó a admitir la estrella sobre su obvio sobrepeso de principio de campaña.
Con respecto al sistema, Zidane terminó asumiendo que el 4-4-2 era el mejor para Hazard, con el belga en punta y cuatro medios (Casemiro, Valverde, Kroos y Modric o Isco). Así jugó el técnico en los dos encuentros antes de su lesión de tobillo, el último de ellos, ante el PSG en Champions (2-2 en el Bernabéu), era vital. Antes de eso le probó en el 4-3-3. En cuanto a los damnificados por su vuelta hay varios nombres propios: el de Isco, que ha jugado como titilar cuatro de los últimos cinco partidos de Liga, y Modric (en realidad el croata y el de Arroyo de la Miel se disputan un puesto si Hazard está en el once). Rodrygo y Vinicius también pueden quedar en un segundo plano. Son muchas las incógnitas que plantea la vuelta de Hazard.