El Manchester City y Pep Guardiola atraviesan su peor momento desde que el técnico catalán asumió el cargo en 2016. Este sábado, los ‘Sky Blues’ desperdiciaron una ventaja en los últimos minutos y cayeron 1-2 ante el Manchester United en el Etihad Stadium, un resultado que agrava la crisis de un equipo que acumula solo una victoria en sus últimos diez encuentros.
Desplome en el Etihad
El City parecía tener el partido bajo control gracias a un gol de Josko Gvardiol en el minuto 28, quien cabeceó un centro de Kevin De Bruyne. Sin embargo, dos errores defensivos en los minutos finales condenaron al equipo de Guardiola:
En el minuto 88, Matheus Nunes cometió un penalti innecesario sobre Amad Diallo, que fue convertido por Bruno Fernandes para igualar el marcador.
En el tiempo reglamentario, Diallo volvió a castigar al City al regatear a Ederson y firmar la remontada tras una brillante asistencia de Lisandro Martínez.
A pesar del mal momento, los seguidores del City recibieron a Guardiola con un imponente tifo que decía: «Guardiola, més que un entrenador», un gesto inspirado en su legado en el Barcelona y en los éxitos recientes del City, incluidos cuatro títulos consecutivos de Premier League.
Sin embargo, este respaldo no fue suficiente para evitar una nueva derrota que deja al equipo en la quinta posición de la tabla con 27 puntos, a doce del líder, el Liverpool, si los ‘Reds’ ganan su partido pendiente ante el Everton.
Un técnico bajo presión
La derrota contra el Manchester United es la tercera de Guardiola ante los ‘Red Devils’ en su etapa con el City y la octava en los últimos once encuentros en todas las competiciones. Este resultado, además, aleja al equipo de los puestos de clasificación directa a la Champions League, situándolos a un punto del Nottingham Forest, cuarto en la tabla.
Guardiola, que al inicio del partido había mostrado gestos de alivio tras el gol de Gvardiol, quedó completamente mudo tras el gol definitivo de Diallo, reflejando la frustración de un técnico que no encuentra soluciones para revertir la situación.
Con una defensa que ha mostrado fragilidades alarmantes y una ofensiva que no logra concretar en los momentos clave, el Manchester City enfrenta una presión creciente. La figura de Guardiola, aunque respaldada por los aficionados, empieza a ser cuestionada por la falta de resultados y la pérdida de competitividad en una temporada donde el equipo no encuentra su mejor versión.