Los insultos racistas hacia el delantero de los dragones Moussa Marega, que decidió abandonar el partido en el minuto 68, empañaron este domingo la victoria del Porto por 1-2 ante el Vitória de Guimarães, que lo sitúa a un punto del líder, el Benfica.
Fueron tres minutos de mucha tensión. Marega, que había anotado el 1-2 en el minuto 61, se hartó y decidió abandonar el terreno de juego, a pesar de la insistencia tanto de sus compañeros como de los rivales. El futbolista había oído gritos racistas durante el encuentro y al marcar un gol, ante su ex club, se tocó el brazo para remarcar el color de su piel.
Fue entonces cuando los insultos racistas desde la grada del Vitória de Guimarães se multiplicaron, incluso le arrojaron una butaca de plástico. Entonces el futbolista de 28 años que militó la campaña 2016-2017 en este club optó por retirarse del terreno de juego. Sus compañeros intentaron detenerlo, pero la decisión ya estaba tomada y con los pulgares hacia abajo tomó el camino hacia los vestuarios.
Durante tres minutos los jugadores no lograron convencer al maliense, mientras el técnico Sérgio Conceiçao gritaba al público “esto es una vergüenza”, a la vez que muchos aficionados, conscientes de la gravedad de los insultos racistas, comenzaron a corear el nombre de Marega.
En conferencia, el entrenador declaró: “Me gusta hablar del partido, pero hoy pasa a un segundo plano. Estamos completamente indignados”. Además, agregó: “Somos una familia, independientemente de la nacionalidad, el color de la piel… Lo que pasó aquí es lamentable, lamentable”.
El encuentro se puso de cara para los blanquiazules en el minuto diez, tras un gol en propia puerta del guardameta brasileño Douglas Jesus. Otro brasileño, el delantero Bruno Duarte, igualó el marcador en el 49, aunque 11 minutos más tarde el delantero Marega certificó el 1-2 definitivo. Tras la derrota del sábado del Benfica ante el Braga, la Liga se aprieta en la zona alta, ya que el líder tienen 54 puntos, uno más que el Porto.