El Chelsea tenía una oportunidad de oro para aprovechar el derbi de Mánchester para acechar el liderato de la Premier League. Pero, en Stamford Bridge y ante un gran Everton los de Sarri se chocaron una y otra vez, gracias a una actuación magnífica del portero Jordan Pickford y de una defensa toffee que no dio resquicio alguno para la victoria londinense. Un empate a cero que deja un sabor agridulce en el bando blue.
En la primera parte arrancó la montaña rusa que fue el duelo en Stamford Bridge. Con el Chelsea dominando el esférico, los de Sarri ahogaban al Everton en su campo, pero los de Marco Silva no se quedaban atrás y abonados al vaivén del choque respondían con ocasiones peligrosas que la zaga blue y Kepa Arrizabalaga repelían. Entre estiradas del vasco y de un Pickford que estuvo inmenso durante todo el transcurso del encuentro, las ocasiones no llegaban al puerto del gol.
En los primeros 45 minutos las ocasiones con destino limbo y la intensidad fueron la tónica dominante. Buena prueba de ello fueron las cinco cartulinas amarillas que enseñó un Kevin que no rindió tributo a su apellido (Firend). Las pizarras de Maurizio y Marco dibujaron el 0-0 en el primer acto de la contienda.
Llegó la reanudación, se abrió el telón y el Chelsea apareció en escena con un papel más agresivo. A lomos de Hazard y Willian los blues coleccionaron ocasiones que no acabaron en el fondo de las mallas gracias a un Pickford que parecía infranqueable. El meta inglés exhibió un repertorio de estiradas inverosímiles. Jordan dilató el gol hasta la extenuación. Las manos en la cara y los atronadores «oh» en el feudo londinense fueron la banda sonora del segundo acto.
El viaje en la montaña rusa no acabó, ni si quiera en los minutos finales. El Chelsea no decayó en el intento y siguió generando peligro por las alas. Sobre todo a través de un Eden Hazard que generaba peligro en cada balón que tocaba. Con los toffees bien plantados las ocasiones del Everton también se sucedieron. Sigurdsson lo intentó desde fuera, pero Kepa metió la mano firme para desviar. Richarlison metió miedo con una internada por la izquierda, pero de nuevo el exguardameta del Athletic evitó el tanto visitante.
El Chelsea lo intentó hasta la extenuación, incluso con una falta fuera de tiempo, pero nada pudo cambiar el epílogo del encuentro. Un gran Pickford y la muralla toffee detuvieron a los blues que se colocan terceros tras City y Pool.