Estados Unidos no ha dado opciones a China este sábado en Sídney (83-61) para conquistar su cuarto título mundial consecutivo y aumentar su hegemonía al frente del baloncesto femenino.
Estados Unidos, que ya suma 11 títulos mundiales (en 19 ediciones), no pierde un partido en la competición desde la semifinal de 2006 ante Rusia (derrota 75-68). Desde entonces suma 30 triunfos seguidos. Ese es también su último revés en una gran competición internacional (Juegos Olímpicos y Mundial), donde su racha de victorias se extiende a 60 partidos.
Campeonas de los últimos siete títulos olímpicos, las estadounidenses están a solo un título mundial del récord de la URSS, que ganó cinco seguidos entre 1959 y 1975.
Aunque más joven (solo una jugadora de 30 años o más) y renovada respecto a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, con nueva entrenadora (Cheryl Reeve) a la cabeza y sin las leyendas Sue Bird (retirada) y Diana Taurasi (lesionada), el “Team USA » ha volado sobre todos sus rivales. Ha terminado la competición con el mejor ataque (92,5 pts por partido de media), la mejor defensa (55 pts) y habiendo ganado sus ocho partidos por una diferencia media de 40 puntos.
China, que ganó su primera medalla internacional desde la plata del Mundial de 1994, es el equipo que mejor le ha resistido. Sin embargo, a pesar del apoyo incondicional de la abrumadora mayoría de unos 15.000 espectadores en el Superdomo de Sídney, las chinas no han podido responder ante la clase de A’ja Wilson (19 pts).
La interior, probablemente la mejor jugadora del mundo, MVP de la competición tras haber sido esta temporada también la de la WNBA, estuvo bien apoyada por su capitana Breanna Stewart (9 pts, 6 rebotes y 6 asistencias).
Además, si bien Alyssa Thomas estuvo bien defendida, las estadounidenses pudieron contar con la aportación de Chelsea Grey (10 pts, 8 asistencias) y de Kelsey Plum (17 pts). Fueron múltiples opciones para ampliar un reinado universal que no avista fin.