No termina de despegar. La Copa América 2019 arrancó deslucida, sin grandes actuaciones dentro de los campos de juego y con una atmósfera poco atractiva. Las tribunas despobladas son un denominador común en todos los partidos y ni siquiera la selección de Brasil logró llenar las gradas durante sus partidos. Y no es el único problema que atraviesa el torneo, ya que también hubo críticas a la estructura y organización.
Los precios altos de los boletos son un de los factores principales que atentan contra un público en crisis. El elevado costo de las entradas, con una promedio de 125 dólares por ticket, la mitad del salario mínimo en Brasil, es la principal barrera entre los partidos y la gente, en una región donde la cotización del dólar está por las nubes.
La primera fecha, disputada entre viernes y lunes, tuvo un promedio de público de 25.218 espectadores por juego y menos de un cuarto de asientos ocupados. Son estadios con capacidad de entre 49.000 y 78.000 aficionados, lo que hace que la falta de gente sea muy notoria. Según informa O Globo, es la peor tasa de ocupación en una primera ronda (41,7%) en las últimas cuatro ediciones.
Ni la presencia de Messi ni la gran expectativa por ver a la selección de Uruguayhan elevado los índices de concurrencia a la cancha. De hecho, en el triunfo 4-0 de La Celeste sobre Ecuador, sólo se utilizó el 22% de la capacidad total del estadio: había 13.611 personas en un recinto para 62.000. Fue uno de los peores registros del certamen.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domìnguez, admitió que «preocupa» la baja asistencia de algunos duelos. Sin embargo, destacó que «hasta ahora (el balance) es muy positivo» y apostó a que seguirá mejorando. Es que desde el Comité Organizador Local (COL) no están tan descontentos con las cifras porque las recaudaciones son positivas. El partido inaugural en el Morumbi dejó unos ingresos por venta de entradas de casi USD 6 millones, cifra récord en la historia del fútbol brasileño. Nuevamente el elevado precio de las entradas toma un papel principal.
Desde el sector hotelero, según O Globo se esperaba que el 80% de las plazas estuvieran ocupados durante toda la competición. Después de meses de mucha consulta y poca confirmación de hospedaje, la tasa está cerca del 70%, que es un porcentaje de ocupación normal para el período de junio y julio en Brasil, independientemente de grandes eventos.
Además, ya han caído varias críticas a la organización. Primero fue el entrenador argentino Lionel Scaloni el que abrió el debate al decir que el césped del Arena Fonte Nova estaba en mal estado.
Preguntado por eso, su colega venezolano Rafael Dudamel aprovechó para ampliar el debate. «Cuando vamos a una Copa en Brasil, imaginamos el mejor escenario posible, pero fuimos sorprendidos. La estructura logística y de hoteles no está a la altura de una Copa América, mucho menos en Brasil. Es una crítica constructiva», dijo el DT de la Vinotinto en la conferencia de prensa posterior al partido.
Brasil y Venezuela no hicieron un entrenamiento en el Arena Fonte Nova en víspera del partido, justamente para preservar el campo de juego.