España luchará por las medallas tras eliminar a Japón en un gran partido de Fermín. Fue el autor de los dos goles. Uno en cada tiempo. Apareció el jugador total. De esos que te ganan partidos con su pundonor, personalidad y talento. Una actuación completísima del futbolista del Barça. Batalló, tuvo acciones geniales, determinación y ambición. Fermín, el samurái de España.
Esto es lo que necesitaba la Selección de Santi Denia tras las dudas en la fase de grupos y la derrota contra Egipto. Recuperó la contundencia, el pulso competitivo y la jerarquía en un partido competitivo contra los nipones.
El tercero gol lo marcó Abel Ruiz. No fue sencillo, tras una primera parte irregular en la que especuló con el gol y se salvó con la intervención del VAR. Anuló un gol a Japón. De esos que dejan dudas, pero en los que hay que tener fe con la tecnología. España dio su mejor versión en los Juegos Olímpicos, de equipo con carácter y talento. Con Fermín de líder, un equipo solidario, sufridor y maduro. Japón llegaba sin encajar un gol en la fase de grupos. Era un hueso y en las semifinales espera otro: Marruecos. La primera parte fue como una ruleta rusa. España empezó cargándose con una tarjeta amarilla de Eric García.
El central agarró a un rival para frenar una acción directa. En el centro de la defensa estuvieron Eric García y Pau Cubarsí. A España se le pide que mejore en solidez, contundencia atrás y jerarquía. Está costando. Cubarsí volvió a sufrir contra los nipones. Del primer susto se repuso España con personalidad y un juego más agresivo y vertical.
El equipo le metió una marcha al partido, más intensidad y ritmo en la circulación del balón. Japón replegó líneas, puso el cerrojo y España, dominadora, le costaba encontrar los caminos para crear ocasiones de peligro. Hasta que apareció el soldado Fermín. Un batallador, un tipo con una mentalidad y una fuerza competitiva descomunal.
Fermín abrió el cerrojo con un zapatazo desde fuera del área que sorprendió al portero Leo Brian. Era lo que pedía el partido. Disparar desde lejos y amenazar con este tipo de acciones. Lo entendió enseguida el jugador del Barcelona, que no se lo pensó y soltó un misil. Un golazo con la zurda que dio más confianza a España.
Fuera de juego milimétrico
Japón dio un paso adelante. Se olvidó de ser la Selección rocosa, que le gusta esperar a atrás y jugar con las transiciones. España cedió la pelota. Mal asunto. Se olvidó de atacar y retrocedió. Empezó el acoso de los nipones, que sin efectividad hacían sufrir a la defensa española. Había riesgos. España se hizo sólida, quiso vivir del gol de Fermín y especuló con el resultado. Marcó Japón en una acción que ganó Hosoya a Cubarsí. Se giró el delantero y batió a Arnau Tenas.
El árbitro paró el saque del centro del campo. El VAR intervino en una revisión donde descubrió que la punta del pie del japonés superaba a la de Cubarsí. Un fuera de juego milimétrico salvó a España del empate en los minutos finales del primer tiempo. Pero Japón no se rindió. Siguió atacando, poniendo más energía y amenaza. España se salvó en un remate de cabeza de un japonés. El balón dio en el poste y se llegó al descanso con el gol de Fermín y muchos apuros en defensa.
España salió en la segunda parte con la idea de recuperar la memoria ofensiva. Japón tenía que arriesgar, había espacios y había que buscar el gol de la sentencia. Pero también cuidar las espaldas y no cometer errores. Abel Ruiz probó con un disparo desde lejos. A lo Fermín. Pero el balón se fue alto.
La solución era Fermín. Su osadía, pegada y hambre. Tuvo la ocasión para hacer el segundo en un disparo desde la frontal. El portero japonés hizo un paradón. La Selección de Santi Denia entró bien en la segunda parte. Volvió a ser agresiva e incisiva. El partido entró en una fase de correcalles, con llegadas a las dos áreas y una sensación de peligrosidad en los dos equipos. España buscaba dar el jaque mate con un gran Fermín. Apoyado en Baena y Abel Ruiz. Álex Baena pudo hacer el segundo en un disparo cruzado. Perdonó España.
El partido se rompió con las transiciones. Muy bonito, pero peligroso. Japón arriesgaba y España buscaba ese gol de la gloria. Emocionante y vibrante. Lo consiguió Fermín con otro misil que sorprendió a Japón a menos de veinte minutos y con la sensación de superioridad. Arnau Tenas evitó que Japón recortara distancias con un paradón en el tramo final del partido. La sentencia la dio Abel Ruiz con el tercer gol en una jugada de rechaces tras un saque de esquina. Fermín, que estuvo en la Eurocopa, mostró su versión demoledora en los Juegos Olímpicos. España recupera crédito en su lucha por el oro.