Una de las potencias del mundo que llegó con la satisfacción de haber ganado en todos sus compromiso previos se midió contra una de las sorpresas de la Eurocopa, que en la última fecha de la fase de grupos derrotó a Portugal y se quedó con un inesperado boleto para el mata mata. El estadio de Colonia fue el escenario del duelo que animaron España y Georgia, en lo que significó una nueva batalla entre David y Goliat.
Antes del primer cuarto de hora, el equipo liderado por Luis de la Fuente ya había hecho los méritos suficientes para quedarse con la victoria. Un monólogo disputado en el área de Giorgi Mamardashvili, en el que Fabián Ruiz, Nico Williams, Álvaro Morata, Pedri, Rodri y Lamine Yamal triangulaban con lujo y efectividad para desarticular a la última línea de su rival. La amenaza del gol era constante; pero una desgracia ibérica rompió con todos los pronósticos. Es que un contragolpe veloz interpretado por Otar Kakabadze derivó en un centro venenoso que rebotó contra Robin Le Normand y desacomodó a Unai Simón. Una sorpresa tan grande como todo el territorio germano, porque eran los de Willy Sagnol los que habían abierto el marcador.
El espectáculo se vivió con una intensidad notable. Un duelo vertiginoso que fue de arco a arco hasta que el conjunto campeón del mundo en Sudáfrica 2010 logró llegar al empate gracias al talento de Rodri. El volante del Manchester City apeló a su exquisita pegada para quebrar la resistencia de Mamardashvili y sellar el 1 a 1 para que La Furia se fuera más tranquila al descanso. Un golpe para Georgia que fue acompañado por la lesión muscular que sufrió Otar Kiteishvili, una pieza determinante en la contención del esquema defensivo que debió ser sustituida por Sandro Altunashvili.
En el complemento España revirtió la historia gracias a la calidad de Lamine Yamal. La joven figura del Barcelona se adueñó de la pelota para poner a La Roja arriba en el marcador. Primero amenazó con un tiro libre que hizo lucir al arquero rival, pero en la siguiente escena habilitó a Fabián Ruiz para que el volante del PSG festeje el 2 a 1 y despoje a los fantasmas de una prematura eliminación. Todo el sacrificio de los georgianos se desmoronó cuando comenzó el segundo capítulo.
Un gol anulado por una milimétrica posición adelantada de Lamine Yamal pudo liquidar el pleito con antelación. Y algunas decisiones desafortunadas en los contragolpes propuestos por Giorgi Kochorashvili y Georges Mikautadze le dieron la oportunidad a Fabián Ruiz de recuperar en su propio campo y abastecer a Nico Williams, otro de los destacados que tuvo su premio. La estrella del Athletic de Bilbao fue el encargado de confirmar la victoria española luego de una aparición notable por el sector izquierdo que dejó sin respuestas a Mamardashvili.
Con el 3 a 1, los entrenadores decidieron con darle minutos a varios jugadores que no tenían tanta continuidad, como los casos de Mikel Oyarzabal y Dani Olmo. Justamente, el virtuoso volante del Leipzig fue el que transformó el triunfo en goleada con una muestra de categoría que se extendió al 4 a 1.
España tendrá en la próxima fase un duro compromiso frente al dueño de casa: Alemania. Será un duelo de candidatos que también marcará los diferentes estilos de los estrategas. Para Georgia, en cambio, fue una despedida digna. Si bien el resultado abultado provocó un gran dolor, los de Willy Sagnolse retiraron de la competencia con la satisfacción de haber asustado a La Furia y vencido a Portugal. El aplauso generalizado a la producción de sus jugadores marcó el fin de una etapa cargada de sacrificio y humildad.