Con un sólido ejercicio de concentración e intensidad, el Real Madrid superó al Sevilla (2-0) y alcanzó su 11º triunfo en 20 jornadas de Liga. Un zapatazo lejano de Casemiro que se coló por la escuadra de Vaclik y un robo de Modric en la frontal definido con solvencia por el croata certificaron la victoria del conjunto de Solari que, fundamentalmente en la segunda mitad, completó su mejor partido desde la llegada del técnico argentino.
Comenzaba el Madrid la segunda vuelta del campeonato liguero en una situación delicada, a 10 puntos del Barcelona y con la necesidad de enmendar el último borrón ante su afición, la derrota ante la Real el domingo de Reyes. Y tras un primer tiempo de dominio racheado, sin grandes ocasiones de gol para ninguno de los contendientes y con la agitación de Vinicius acaparando el protagonismo, los blancos se lanzaron a la carga en una segunda mitad vibrante.
Con mucho ritmo y aplicados en la presión, los de Solari fueron encerrando progresivamente al Sevilla en su área. Los escasos 68.232 parroquianos del Bernabéu dejaron a un lado el frío y la lluvia y respondieron al empuje de su equipo que tuvo premio en el minuto 78. En mitad del asedio madridista, el balón llegó a Casemiro en tres cuartos de campo, el brasileño oteó el horizonte y se animó a lanzar un zapatazo lejano que se volvió inalcanzable para Vaclik. Modric sentenció definitivamente el partido en el tiempo de descuento.
Carrico cometió un fallo defensivo, Modric le arrebató el balón en la presión, enfiló su carrera hacia la portería rival y, solo ante Vaclik, lo batió con solvencia. Suficiente para sellar el séptimo triunfo del Madrid en el Bernabéu en 10 partidos de Liga en la que fue quizá la mejor actuación blanca en la era Solari.