San Mamés interrumpió la racha perfecta del Real Madrid en un duelo clásico, de los de siempre. El Athletic tuteó a los blancos con Raúl García en el eje de todo y Unai Simón como protagonista. Sacó dos balones a bocajarro con el Madrid volcado de los que valen puntos, a Ramos y Asensio. Los blancos echaron de menos el acierto de Benzema y Bale, el problema que se adivinaba en tardes complejas.En su ausencia, el remedio fue Isco, que empezó de suplente.
Nadie puede discutir que Lopetegui arriesga con sus decisiones.Aprovechó la inercia de Ceballos con la selección y le abrió un hueco en el once a costa de Casemiro, a quien se suponía poco menos que imprescindible en la pradera de San Mamés. El técnico quiere incrustar al utrerano en la rotación habitual del centro del campo. La apuesta duró un tiempo.
No funcionó el invento porque al Athletic de Berizzo le gusta la pelota. Y no la regala. Lo demostró desde el arranque, aceptando el tuteo al campeón de Europa. Beñat escoltó en el medio a Dani García y liberó a quien siempre vuela cuando la camiseta blanca está enfrente: Raúl García. Todo lo hizo con sentido, desde la apertura a un toque a Yuri que le dejó solo al pase en profundidad para Williams que el punta cruzó demasiado.
El aviso tempranero de Modric, taponado en el remate de gol por Iñigo y Yeray al minuto de juego, anticipó un dominio blanco inexistente. A Kroos le costó encontrar socios más allá de Modric y Asensio, y sin la pelota el Athletic tenía claro dónde hurgar. En el pasillo entre Marcelo y los centrales caía Williams, con Courtois atento a los pases largos. Después de un par de amagos, y tras una buena intervención de Unai Simón a mano cambiada para contestar al zurdazo de Asensio, anotó el Athletic. De Marcos encontró el pasillo, metió al área chica y Muniain empujó el remate de Williams. Consulta con el VAR. No hubo fuera de juego. 1-0.
Como en Girona, al Madrid le tocaba remar. Pero el Athletic, con sus vigilancias individuales, planteó serios problemas. Si Unai dibujó un paradón para sacar un buen disparo de Modric, Raúl García marcó en fuera de juego. Bien anulado.
La entrada de Casemiro tras el descanso agitó el partido. Colisionó con Raúl García y la pelea subió de tono, con Muniain fuera de combate por lesión. Pero el duelo no tenía dueño.
Lopetegui intervino entonces, con media hora por delante, y retiró a Modric para meter a Isco. Eligió al croata en lugar de a Kroos o a Bale, que tampoco andaban finos. Suerte o no, ambos fabricaron el empate. Pase templado del alemán al costado y el galés, extremo derecho, colocó un caramelo en la cabeza del malagueño, que remató como un 9 clásico.
Isco hizo reconocible al Madrid en todos los sectores. Apareció para corregir un tiro a bocajarro tras confiarse Ramos. Y sólo la aparición de Yuri evitó que hiciera el segundo, tras una contra estupenda de los blancos. Antes, San Mamés explotó pidiendo penalti por mano de Casemiro en un arrastre. Pero la noche estaba para los milagros de Unai, que sacó dos remates a bocajarro imponentes, a Sergio Ramos y Asensio, que valen puntos.
Las sustituciones de Berizzo protegieron el empate. Cambió oxígeno por talento. Lucas no alteró la dinámica. La Catedral, entregada al partidazo, ovacionó un control imposible de Marcelo y festejó un punto de mérito, peleado hasta el agotamiento. En el último suspiro, Asensio regaló una cabalgada monumental que dejó a Benzema en buena posición. En vez de tirar eligió buscar a Lucas. Allí, en aquella decisión, acabaron las opciones blancas de victoria.