Los cuartos de final de la Champions League comenzaron con un duelo de estilos. En el Etihad Stadium del Reino Unido, el Manchester City de Pep Guardiola recibió al Atlético Madrid de Diego Simeone. Un espectáculo único que sólo puede brindar el ambicioso certamen internacional.
Las canciones de Los Beatles con el Hey Blue y las banderas gigantes que cubrieron las banderas significaron un show magnífico en la previa. Los teloneros fueron los simpatizantes, quienes se olvidaron de cualquier protocolo cuando la pelota comenzó a rodar.
En los primeros movimientos quedó en claro la postura de cada estratega: el catalán quería protagonismo con dominio absoluto de la pelota, mientras que el Cholo apostaba por los contragolpes liderados por Joao Félix.
La fórmula principal de los Ciudadanos tenía el nombre de Raheem Sterling, quien exigió a Jan Oblak con un remate potente en la puerta del área y desarticuló a la última línea española por el sector izquierdo. El wing inglés estaba encendido.
El descanso llegó en el momento justo para el Colchonero. Los 22 protagonistas disputaron la primera etapa en la zona ibérica, aunque en el complemento Antoine Griezmann y Marcos Llorente rompieron las barreras para liderar dos respuestas cargadas de peligro, que por malas decisiones de los atacantes no terminaron en gol. La serie se mantenía abierta en Gran Bretaña.
Otro recurso que tuvo el dueño de casa para abrir el cerrojo español se basó en la pelota parada. Un tiro libre ejecutado por Kevin De Bruyne hizo lucir a Jan Oblak con una tapada formidable, que fue acompañada por un despeje a puro reflejo. En tanto que Aymeric Laporte no logró capitalizar un preciso envío aéreo que resolvió con un cabezazo al techo del arco. Todavía en el ambiente se percibía un clima cargado de tensión y suspenso.
El encuentro se abrió por los movimientos que hicieron los entrenadores. Cuando Simeone se animó a tomar más riesgos con los ingresos de Rodrigo De Paul, Ángel Correa y Matheus Cunha, Guardiola buscó mayor peso ofensivo con Phil Foden, Gabriel Jesús y Jack Grealish. Justamente Foden fue el que rompió la solidez albirroja cuando abasteció a De Bruyne para que el belga no fallara en el mano a mano ante Oblak: 1 a 0.
La revancha será en el Wanda Metropolitano y los boletos hacia las semifinales del torneo continental se repartirán en la capital española. Si bien la llave permanece abierta por el escaso resultado, el Atlético Madrid deberá planear una propuesta más agresiva si desea acceder a la siguiente instancia. En tanto, Guardiola deberá administrar la energía de sus intérpretes porque el fin de semana enfrentará al Liverpool, su máximo rival en la lucha por la Premier League. Para pensar en la revancha internacional, todavía tiene tiempo.