El Real Madrid ya piensa en la temporada que viene. Si bien quedan siete encuentros por disputar en la liga española, sus chances de hacerse con el título son muy remotas y sin nada en juego, solo les resta terminar el campeonato en lo más alto posible.
En cuanto a la directiva, su objetivo está en armar un equipo que vuelva a ser competitivo de cara a la campaña 2019-20, en donde tendrán que volver a recuperar el trono de campeón de Europa, además de pelear por el campeonato local y la Copa del Rey.
Con esa mentalidad, la cúpula dirigencial comenzó a planificar los movimientos del próximo mercado de verano europeo, en donde según los medios locales, Gareth Bale fue el primero en recibir la noticia de que no será tenido en cuenta por el club.
130 millones de euros ($146,360,500)será el valor por el que el Real Madrid estará dispuesto a dejar marchar al «Expreso de Cardiff», quien fue comprado en agosto del 2013 por 101 millones, en lo que fue el fichaje más caro de la historia hasta ese momento.
Tal como informa la prensa española, el club le permitirá al jugador elegir su posible destino sin ponerle restricciones y siempre y cuando se contemple el precio estipulado. El único inconveniente a la hora de sentarse a negociar podría ser su salario, el cual ascendió a 15 millones de euros ($16,888,725)por temporada, algo que sólo pocos clubes podrían igualar.
Entre los que más suenan, sobresalen el Manchester United y el Tottenham, equipo por el que ya pasó antes de emigrar a Madrid. En ambos casos, también se podría aceptar un intercambio ya que los clubes tienen entre sus filas a dos futbolistas que son del interés del cuadro merengue: Paul Pogba y Christian Eriksen.
El galés, que jugó durante seis años en la «Casa Blanca», comenzó a perder protagonismo durante el último año de Zinedine Zidane como entrenador, a tal punto que fue suplente en la final de Champions League en la que el Real Madrid enfrentó al Liverpool.
Con Santiago Solari también ocupó bastante tiempo en el banquillo por su juego irregular y sus constantes lesiones. Finalmente, fue el propio entrenador francés, en su regreso, el que no respaldó al delantero cuando se le consultó por si lo tendría en cuenta: «Ya veremos. Ya veremos. Yo no te voy a decir lo que va a pasar (…) No es el momento de hablar de esto».