Por mucho que el Leicester City se estuviera jugando mucho en su visita a Manchester, el equipo de Pep Guardiola sabe que no puede dejarse ni un solo punto si quiere luchar hasta el final con el Arsenal por el título liguero. Tan claro tienen los Skyblues eso de “si perdemos, se acabó”, que pronunció el técnico español en la rueda de prensa previa al partido ante los Foxes, que en media hora ya habían sentenciado el encuentro.
John Stones, con una volea espectacular, y Erling Haaland por partida doble –iguala los 32 tantos de Mohamed Salah en la 2017/2018– ahondaron en la herida de un deprimido Leicester City. El Manchester City llega al tramo final de temporada como un tiro, teniendo que afrontar en los próximos 10 días la vuelta de los cuartos de final de la Champions League ante el Bayern de Múnich y el trascendental duelo de Premier League frente a los Gunners.
Mientras que los mancunianos se quedan, con 70 puntos, a tres del equipo de Mikel Arteta, el conjunto ahora dirigido por Dean Smith no levanta cabeza y permanece como penúltimo de la Premier League. Los Foxes no ganan desde mediados del mes de febrero y encadenan cuatro derrotas consecutivas. La salvación, a dos puntos
Haaland, sin piedad
Los datos con los que llegaba el Leicester City al Etihad Stadium no eran nada halagüeños. Tras nueve partidos consecutivos sin conocer la victoria, a Dean Smith le tocaba estrenarse como sucesor de Brendan Rodgers en el banquillo de los Foxes ante, nada más y nada menos, que el Manchester City. Hay quienes podían soñar con la machada, pero viendo la dinámicas de ambos conjuntos, la realidad pasó por encima del cuadro visitante.
Minuto 5 de partido, golazo de John Stones. Tras una serie de rebotes e intentos despejes, el central inglés enganchó una volea espectacular en la media luna del área para estrenar el marcador, más propia de Erling Haaland que del propio John Stones. Demasiado pronto, y demasiado ‘fácil’, los Citizens se ponían por delante.
Minuto 10, penalti provocado por Jack Grealish y gol de Erling Haaland. Wilfred Ndidi cortó el centro del inglés con la mano y el árbitro, tras revisar la acción en el VAR, concedió la pena máxima a los locales. El noruego hizo el 2-0 desde los 11 metros, y 15 minutos después se adjudicó también el 3-0. La transición rápida del Manchester City, capitaneada por Kevin de Bruyne, encontró al espacio a Erling Haaland. El cyborg no se puso nervioso en el mano a mano, picó el balón por encima del arquero visitante y celebró haciendo su doblete haciendo un corazón con las manos. Como si Erling Haaland tuviera piedad por algún rival
Los pupilos de Pep Guardiola fueron una apisonadora durante los primeros 45 minutos. Tiempo suficiente para deshacerse de unos Foxes que no realizaron ni un solo disparo a portería. Los Skyblues, con el 75% de la posesión, jugaban a su antojo.
Guardiola piensa en la Champions
La desesperación de los jugadores visitantes era palpable en cada pérdida o error. Una frustración que no iba a impedir a los mancunianos seguir atacando. A punto estuvo Riyad Mahrez de apropiarse el mejor tanto de la tarde en el Etihad Stadium a los 60 minutos. La estirada de Daniel Iversen impidió que el disparo con rosca desde fuera del área del argelino acabase el interior de la portería.
Con el partido visto para sentencia, Pep Guardiola empezó a pensar en la visita del Bayern de Múnich. Carrusel de cambios para dar descanso a jugadores importantes como Rodri Hernández, Kevin de Bruyne o Jack Grealish. No obstante, los visitantes no habían dicho su última palabra.
La ley del ex hizo acto de presencia en el Etihad Stadium en las botas de Kelechi Iheanacho. El delantero nigeriano, ex del Manchester City, aprovechó un mal despeje en el interior del área tras un saque de esquina para recortar distancias. Con 3-1 en el marcador, los pupilos de Dean Smith se volcaron en ataque. A falta de cinco minutos para el final, el Leicester City reclamó un penalti por mano de Sergio Gómez, pero es que en el 91′ fue el mismo Kelechi Iheanacho quien mandó a la madera.
El delantero de los Foxes, tras superar en el mano a mano al guardameta brasileño, se topó con el palo derecho de la portería Citizen. Los visitantes habían dado un paso al frente en el tramo final de encuentro, pero les fue imposible enmendar todo el mal trabajo realizado durante los 75 minutos anteriores.