Se despidió el Chelsea de la Premier con una clara victoria ante el Wolverhampton (2-0) que le permite disputar la próxima edición de la Champions League. Así pues, los de Frank Lampard cierran el curso con un meritorio cuarto puesto y esperando el que viene con mucho ‘hype’ tras los fichajes ya confirmados de Ziyech y Werner. En la orilla negativa, la suplencia de Kepa que, otra vez, volvió a confirmar que pasa por un momento muy delicado en Londres. Willy Caballero fue su sustituto pero apenas tuvo trabajo.
Por su parte, los Wolves deberán esperar al resultado de la F.A Cup para saber si son de Europa o no. Una victoria ‘blue’ ante el Arsenal en la final lo confirmaría, de lo contrario se quedarían a las puertas en un histórico pero inútil séptimo puesto.
A tenor de lo que anunciaba el cartel, el Chelsea – Wolverhampton debía ser uno de los mejores partidos de la jornada, más aún con las aspiraciones europeas que había en juego. Sin embargo, ambos equipos no quisieron asemejarse a ninguna de sus mejores versiones y ofrecieron una primera parte más bien pobre y fría.
Solo el juego duro, en ocasiones extremo, de los Wolves dio al Chelsea la oportunidad de adelantarse a través del balón parado. Y así lo hizo Mason Mount en el 45’. El jovencísimo canterano ‘blue’ aprovechó el regalo en forma de falta en el balcón del área para, con delicadeza, poner el balón allí donde nunca llegan los porteros. Hasta entonces, poco o nada había que llevarse a la boca. Ni siquiera disparos a puerta.
Pero, como siempre, el gol zarandeó el partido y, con ganas de más, el Chelsea volvió a golpear en un tiempo añadido que se hizo un mundo para los de Nuno. Balón rechazado por la defensa ‘blue’ que terminó en gol de Giroud -el más listo de todos- tras un contragolpe llevado por Mount y Pulisic. 2-0.
Así pues, en menos de cinco minutos, el Chelsea había encarrilado un partido que, para nada, merecía ganar. Tampoco el Wolverhampton que, sin embargo, se vio de un momento a otro contra las cuerdas y a punto del K.O.
En la segunda mitad mejoró el Wolverhamptom
Ya tras el paso por vestuarios, los de Nuno Espirito Santo dieron otra versión más reconocible. El entrenador portugués introdujo en el césped a jugadores como Adama o Moutinho y el juego de su equipo cogió algo más de mordiente. Diego Jota y Raúl Jiménez comenzaban a recibir balones y lo intentaban, aunque sin inquietar demasiado a la defensa londinense.
No le quiso perder la cara al partido el Wolverhampton pero lo cierto es que, con el paso de los minutos, los dos equipos ya pensaban en sus compromisos más inmediatos: Europa League para los Wolves y F.A Cup para los de Lampard. La Premier ya se había terminado.