No gana para sustos el Barça ni el día que dio un paso de gigante para conseguir el subcampeonato tras ganar con más eficacia que juego al Celta por 3-1. El partido, indomable por la falta de discurso de los barcelonistas y la de puntería de los gallegos fue territorio abonado para la velocidad de Dembélé y la eficacia de Aubameyang, pero se recordará por el susto que dio Araújo, que fue evacuado en ambulancia desde el terreno de juego con una conmoción cerebral que tuvo al estadio en vilo.
Si hay que tomarse esta recta final de LaLiga del Barça en clave de mensajes de cara al futuro para ir sacando conclusiones de lo que será el primer proyecto íntegro de Xavi al frente del equipo, lo mejor que pueden hacer los aficionados barcelonistas es rendirse y abonarse a la Divina Providencia.
Más o menos, lo que también debería hacer Riqui Puig, que volvió a quedarse en el banquillo en un día en el que ni las bajas de los centrocampistas le proporcionaron boleto para el once inicial. Xavi prefirió apostar por Alba como interior y Memphis como mediapunta inaugurando un dibujo que llevó al Barça a un despelote táctico que el celta no supo aprovechar.
A los gallegos les falló el colmillo en un inicio de partido en el que el Barça ni olió el balón. En esa primera media hora terrible de los barcelonistas apareció Ter Stegen para defender el fuerte mientras Aspas fallaba lo que casi nunca falla ante los catalanes.
El partido era un espanto de proporciones enciclopédicas que pone en valor la fe de los barcelonistas que acudieron (los más cafeteros de los cafeteros) y la poca vista de los turistas que prefirieron este plan antes que ir a cenar por ahí. Ante este panorama, sólo un verso libre como Dembélé podía cambiar el guión. A la media hora de juego, al extremo francés le sonó el despertador y agarró un balón, desmontó a Galán y asistió a Memphis que convirtió el primer gol.
Un tanto que no evitó que, siguiendo la tradición de toda la temporada, el rival respondiera al tanto culé desnudando de inmediato a la defensa barcelonista. Pero ni Aspas ni Galhardo acertaron en sus remates. En cambio, Aubameyang dio señales de vida al filo del descanso para anotar el segundo tras otra buena jugada de Memphis.
El Barça se iba al descanso con 2-0 a favor y sin ningún plan ejecutado. Xavi, consciente de que la receta inicial no había funcionado dio entrada a Riqui por Ferran, mientras que Murillo sustituía a Kevin, que se fue tocado. Los retoques de los técnicos no se impusieron sobre la ley del vértigo de Dembélé, que en otra cabalgada sirvió el tercer tanto a Auba.
Pero el Barça es fiel a sus regalos. Tras el 3-0, Ter Stegen y Araújo se liaron para obsequiar a Aspas, que anotó su gol de rigor. El tanto del Celta devolvió al césped esa sensación de que, a pesar de la ventaja, el equipo de Xavi no era capaz de dominar el juego, pero el partido reservaba más sorpresas.
Primero, la expulsión de Murillo por falta a memphis y a continuación, el tremendo choque entre Araújo y Gavi que dejó al central conmocionado hasta el punto que tuvo que entrar una ambulancia para evacuarle con dificultades intolerables en un caso así que recordó a la comedia bufa Tres de la Cruz Roja.
Al Barça le costó volver a tomar el hilo del partido, que en inferioridad seguía dominando el Celta. Con todo el mundo pendiente de las noticias, tranquilizadoras, que llegaban de Araújo para cerrar un partido que si Atlético y Sevilla no ganan, valdrá el segundo puesto.