Hacía ocho meses que ningún dejaba la portería a cero en su visita el Emirates Stadium. Pero, haciendo gala de su excelente dispositivo defensivo, el Everton levantó un muro y dejó ‘seco’ a un Arsenal que coleccionó su segundo empate consecutivo (0-0) en Premier y no fue capaz de aprovechar el ‘pinchazo’ del Liverpool en Anfield contra el Fulham para recortar una distancia que se mantiene en seis puntos… con un partido más.
El guion del partido quedó completamente definido desde que el balón se puso en juego. El Arsenal aceptó su condición de favorito para monopolizar la posesión ante un Everton que llegaba descansado tras suspenderse su último compromiso ante el Liverpool en el ‘Derby de Merseyside’… y tuvo la primera ocasión del encuentro en un contragolpe liderado por Doucouré que bloqueó de manera providencial un Gabriel que volvía al equipo.
Eso sí, fue la única ocasión de la que dispusieron los ‘toffees’ en toda la primera parte. Los de Sean Dyche, que cumplía esta tarde 500 partidos como técnico, tenían muy claro que el plan pasaba por hacerse fuertes en su área y seguir haciendo gala del extraordinario rendimiento defensivo que vienen mostrando en las últimas semanas. Desde el 10 de octubre, no han encajado un solo gol en sus últimos cinco compromisos.
El Arsenal le tocó picar piedra intentando darle velocidad a las circulaciones… y tuvo la más clara de todo el primer acto en un disparo de Odegaard desde el punto de penalti que logró sacar Pickford cuando ya estaba vencido. Se fue creciendo el portero inglés con el paso de los minutos y, al filo del descanso, se hizo grande para sacar otro remate desde el interior del área a cargo de Martinelli.
El meta inglés volvió de vestuarios como se fue: sacándole una mano abajo espectacular a volea de Saka para repelar la que sería la acción más clara del Arsenal en toda la segunda mitad. El Everton trató de subir la intensidad y dio un ligero paso al frente para torpedear las tranquilas posesiones de los ‘gunners’. Pero rápido abandonaron la expedición para volver a hacerse fuertes en la defensa del área.
Arteta sabía que tenía que mover el árbol. Pero sorprendió que sustituyese a Rice, y sobre todo Odegaard, con media hora por delante. El Arsenal perdió fluidez desde entonces y, viendo que no se abría ni una sola rendija en la defensa de los ‘toffees’, tuvo que recurrir (sin éxito) a bombardear el área a base de centros laterales que no incomodaron a un Everton que sacó un preciado tesoro del Emirates.