No hubo rival. El Manchester City pasó por encima del Sheffield (2-0) para reengancharse a la lucha por el liderato en Inglaterra. El equipo de Guardiola, obligado a ganar para acercarse a dos puntos del Liverpool, no tuvo piedad con el colista del campeonato. La Premier se pone al rojo vivo.
Se respiraba un ambiente festivo en el Etihad desde antes de empezar el encuentro. La esperada noticia de la vuelta de su estrella Kevin De Bruyne a la convocatoria del equipo se presentó como el principal atractivo de un partido cuyo desenlace parecía cantado. El belga esperó en el banquillo, aunque no dispuso de minutos finalmente.
Empezó con el guion esperado el equipo de Guardiola, que salió con todo para cerrar el partido por la vía rápida. El monólogo del equipo ciudadano fue absoluto ante un Sheffield que aguardó atrás a la espera de oportunidades al contragolpe que no llegaron. El más listo de la clase fue Rodri, que aprovechó un balón suelto en tres cuartos de campo durante los primeros minutos, se cruzó el último tercio rival y mandó un imparable disparo cruzado desde la frontal del área que subió al marcador (1-0). El centrocampista español sigue de dulce.
El conjunto ciudadano se desató tras el primer tanto. Foden se apoderó del partido, indetectable entre las líneas de la defensa visitante, mientras que Grealish daba la amplitud necesaria para generar espacios por dentro. Las ocasiones no paraban de sucederse y el segundo tanto parecía cuestión de tiempo, aunque la inocencia ofensiva de su rival hizo bajar la marcha imparable de los ciudadanos y el Sheffield se le subió a las barbas antes del descanso hasta el punto de casi lograr empatar el encuentro.
Tras el paso por vestuarios, el City salió con la premisa de anotar el segundo para cerrar lo antes posible el partido. El jovencísimo Oscar Bobb, que salió para refrescar a su equipo, puso la claridad en el último tercio, conectó con Phil Foden, que se desmarcó en una baldosa y asistió el tanto de Julián Álvarez (2-0). El argentino se ha echado el equipo a las espaldas tras la lesión de Haaland y cierra un año histórico con una nueva anotación en su cuenta personal.
Los de Guardiola pusieron a dormir el partido con el segundo tanto con un Sheffield que no daba síntomas de despertar. El público en el Eithad se quedó con las ganas de ver de vuelta a De Bruyne, que se pasó la segunda parte calentando, pero que finalmente no entró al campo. Una victoria que acerca el Manchester City a dos puntos del liderato del Liverpool y pone la Premier más al rojo vivo que nunca.