El colombiano James Rodríguez no ha sido titular en los cuatro últimos partidos que ha disputado el Bayern. En tres de ellos ha empezado como suplente y en uno ni siquiera estuvo convocado.
Las informaciones apuntaban a que esta desaparición obedecía a los problemas físicos que habían reaparecido en el jugador el pasado 3 de abril ante el Heidenheim en Copa, cuando fue sustituído en el descanso del choque por unas molestias musculares.Sin embargo la realidad es otra.
James está sano, pero su divorcio con el Bayern es total y está representado en las últimas decisiones que ha tomado Kovac y también en sus declaraciones.
El colombiano volvió a dejar claro recientemente a la directiva del conjunto bávaro que no quiere seguir en el club. Ante eso, Kovac también ha determinado que su apuesta para este final de temporada es otra. La relación entre ambos vuelve a estar rota, lo que no quiere decir que el entrenador no tire del futbolista en lo que resta de temporada. Sabe que necesita de su talento para ganar la Liga y la Copa, pero, siempre que pueda, optará por otras posibilidades.
De hecho, los últimos acontecimientos así lo demuestran. Fue extraño ya que un futbolista que se retira el 3 de abril por unas molestias musculares entrara en la convocatoria ante el Dortmund sólo tres días después. Cualquier mínimo problema de este tipo es casi imposible de recuperar en tan poco tiempo.
James no jugó un solo minuto en el partido más importante de la temporada ante el citado Dortmund, se quedó en el banquillo, y su equipo ganó por un contundente 5-0. Si hubiera estado mal, lo lógico es que ni siquiera hubiera entrado en la convocatoria.
Hace unos días Kovac ‘escenificó’ su victoria sobre el colombiano en la rueda de prensa previa al duelo con el Werder Bremen en Copa: «A James Rodríguez y Leon Goretzka los sacamos contra el Dortmund por cuestiones técnica». Y añadió sobre el equipo que iba a jugar la semifinal ante el Werder Bremen: «Esta decisión nos trajo un 5-0 , por lo que uno se pregunta, ‘¿por qué debo cambiar algo?»
Por tanto no había ninguna merma física y sí una decisión táctica dejando en el banquillo al futbolista que pocas semanas antes había marcado tres goles en un partido y había sido declarado como el mejor jugador del Bayern en el mes de marzo.
La realidad es que Kovac ha prescindido de él en estos últimos partidos y que James, salvo las molestias normales, no ha tenido una lesión importante que le impida jugar los 90 minutos. El entrenador no cuenta con él porque es conocedor de que el futbolista no quiere seguir. El divorcio ya es total. El futbolista ha jugado 24 minutos en los cuatro últimos encuentros.