El futuro de Dembélé en el Barcelona es todo una incógnita. El club está dividido entre los que abogan por su continuidad y los que estarían encantados de venderlo. A falta de más de dos semanas para el cierre del mercado, nadie se atreve a poner la mano en el fuego sobre el desenlace del culebrón. Una cosa sí está clara, el partido y su gol del pasado domingo respaldan a aquellos que quieren darle una nueva oportunidad.
El asunto es de difícil gestión. Dembélé llegó al Barcelona deprisa y corriendo el pasado verano cuando la secretaría técnica ya le había descartado. La sorprendente salida de Neymar provocó que el club tuviera que recular y asumir un fichaje a precio de oro. Antes de la marcha del brasileño, se negaban a pagar 90 millones y al final tuvieron que cerrar en 105 más 40 en variables, la mitad de ellos muy fáciles de conseguir.
Sin embargo, su rendimiento la pasada campaña fue decepcionante. Las lesiones que sufrió pueden servir de coartada, pero su adaptación al club fue nefasta, lo que impidió una mejora en el terreno de juego. No cuidó su alimentación ni los horarios y en el vestuario es conocido por llegar tarde a los entrenamientos con demasiada frecuencia. Esto, entre otras cosas.
El club analizó todas estas cuestiones. Su rendimiento y su comportamiento fuera del campo. Al final de la temporada anterior comenzaron a plantearse una posible venta. Sin embargo, antes se disputaba el Mundial. La convocatoria por parte de su selección abrió una puerta de optimismo en el club.
Era una buena oportunidad para que el futbolista levantar el vuelo de nuevo. Y también para revalorizarse. Pero Rusia, a pesar del título francés, no fue lo que esperaban en Can Barça porque Dembélé apenas jugó. La secretaría técnica fichó de manera rápida y sorprendente a Malcom. Competencia directa para Dembélé. A la vez, ponía al francés en el mercado sondeando con otros clubes de Europa la posibilidad de un traspaso.
Operación Compleja
No era una venta fácil porque el club lo que no está dispuesto es a regalar al futbolista. Costó un pastizal y por menos de 80 millones es imposible que se venda. Y nadie ha ofrecido ese dinero. El cierre del mercado inglés ha supuesto un revés porque allí es donde hay más dinero. El PSG, a pesar de todo lo que se dice, no está por la labor ya que en sus filas están Neymar, MBappé y Di María. Tiene las bandas más que cubiertas para hacer una inversión de tal calibre.
Así que en estos momentos no hay comprador para Dembélé. Sin embargo, su actuación del pasado domingo ha supuesto una gran alegría para el club. Su integración en el juego fue mayor y, sobre todo, fue decisivo con su gol. A día de hoy, los partidarios de no vender van ganando. Pero quedan dos semanas para el cierre.
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