Después de una fiesta de toda la plantilla del Manchester City con 22 modelos e influencers, bautizada por la prensa británica como ‘bunga bunga’, las cosas no estaban como para pinchar hoy ante el Crystal Palace. Quién sabe si por el ruido mediático o por la resaca de la reunión de amigos tras la victoria ante el Aston Villa, pero los citizens demostraron una vez más que han perdido la chispa que les hizo campeones. Los eagles se merecieron una victoria que solo Agüero, en el minuto 83 y en el 88, consiguió arrebatarles, pero Pep tiene trabajo por delante si no quiere perder el timón de un vestuario que parece no tener claro el rumbo.
Se adelantaron los londinenses por medio de Tosun tras una prolongación en un córner de Cahill, e incluso pudieron matar el partido con un penalti que les arrebató el VAR, pero los locales, que sabían que no podían pinchar, lo intentaron todo en ataque. Casi 30 tiros al final del partido lo demuestran. Fue Agüero, que viene de convertirse en el máximo goleador extranjero de la historia de la Premier, el encargado de marcar en el 83 y el 88, desatando la locura en un Etihad que estaba necesitado de un poco de normalidad en una semana cargada de polémica extradeportiva. Primero rematando un buen centro de Gabriel Jesús y después con otro cabezazo tras un balón colgado de Mendy.
El Crystal Palace consiguió, sin embargo, devolver la igualdad al marcador en los últimos instantes del encuentro gracias a un tanto en propia meta de Fernandinho, que estaba intentando cubrir un pase de la muerte de Zaha y desvió el balón contra el arco defendido por Ederson.
Decepción de última hora para Arteta
Por su parte el Arsenal, que volvía a agarrarse a un Martinelli que sigue demostrando que la edad no debería ser siempre una vara de medir, volvió a dejarse dos puntos en los últimos minutos ante el Sheffield United, que empató por medio de Fleck. Los Blades siguen con su fantástica temporada en su regreso a la Premier y siguen bordeando los puestos de acceso a la Europa League.
