Cuando todo parecía indicar que Dani Alves iba a continuar su carrera en Europa, en medio de los rumores de su posible regreso a Barcelona, cuando lo vinculaban con el Manchester City de Pep Guardiola o con un regreso al Sevilla, el lateral derecho dio un golpe en el mercado de pases: acordó su llegada a un club sudamericano, en el que «cumplirá un sueño».
El futbolista más ganador de la historia (40 títulos) arregló su llegada al San Pablo de Brasil. » Yo podría haber escogido cualquier lugar para jugar, pero escogí volver a Brasil, para mi país, para mi gente, para el club de mi corazón», dijo el jugador, de 36 años, en el video que uno de los equipos más populares del Brasileirao publicó en sus redes sociales para anunciar la noticia.
Alves, de 36 años, uno de los socios que mejor entendió a Messi dentro de un campo de juego, jugó en el PSG de Francia hasta la última temporada, y luego quedó con el pase en su poder, a la espera de ofertas. Posteriormente disputó la Copa América con su país, y fue elegido el mejor futbolista de la competencia. Se transformó en el motor de Brasil, cubriendo su banda, pero, sobre todo, apareciendo por sorpresa como interior, sin dar referencias a sus marcadores, como en la jugada del 1-0 en el Superclásico de las Américas frente a Argentina. Incluso hizo un gol: el cuarto frente a Perú, en la goleada 5-0 por la fase de grupos.
Para convencer a Daniel Samuel Alves da Silva, Raí, director deportivo de San Pablo, viajó a Fortaleza, donde el marcador de punta pasaba la segunda parte de sus vacaciones para hacerle una propuesta. Y la dirigencia armó una ingeniería con diferentes sponsors para estar a la altura de las pretensiones del futbolista, que llevaba 17 años en Europa: en 2002 había dejado el Bahía de Brasil para edificar una carrera envidiable.
Nacido en Juazeiro, Alves pasó por Sevilla, Barcelona, Juventus y PSG, para cerrar el círculo y regresar a su país con la casaca del club del cual es hincha. Su intención es mantenerse con continuidad hasta Qatar 2022, dado que quiere participar del próximo Mundial.
En los últimos días, Alves venía bromeando en las redes sociales con su futuro. «Estoy buscando trabajo, ¿dónde pongo mi currículum?
¡Alguien me avisa si tienes tiempo de leerlo!», escribió el capitán de la Canarinha el pasado 27 de julio. Luego jugó con una serie de fotomontajes en los que aparecía desempeñando diferentes oficios alternativos al fútbol, como empleado de una tienda, chofer de taxi, guardacosta o trabajador rural.
Todo resultó una «pantalla», dado que su corazón, a pesar de las jugosas ofertas europeas, lo guió hacia su país. Y San Pablo, que no tiene por delante competencias internacionales en lo que queda de la temporada y se ubica en la quinta colocación del Brasileirao, se quedó con un refuerzo de alto impacto.