La mala relación entre Lionel Messi y el Barcelona ha ingresado en la etapa en la que no solo pesan las intenciones y las palabras, sino que ya se ponen en juego los reglamentos que regulan a la actividad. Es por eso que el delantero argentino, que tomó la decisión de no presentarse al trabajo este domingo como una forma de reafirmar su decisión de utilizar su cláusula de salida, podría recibir una sanción por haber incumplido las normas.
Para esta jornada, el plantel tenía programada la realización de pruebas físicas y los test de PCR como antesala al primer entrenamiento del ciclo del holandés Ronald Koeman como DT, que será mañana lunes. En el seno del Barcelona no sorprendió la decisión de Messi de no presentarse, debido a que anticipaban que esa sería parte de su estrategia legal luego del burofax enviado el pasado martes.
La ausencia del rosarino habilitaría a la entidad catalana a ejecutar lo establecido en el Convenio colectivo para la actividad de fútbol profesional, documento suscrito entre la Liga y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Este documento establece qué tipos de faltas son leves, cuándo pasan a ser graves o muy graves y cuáles son las sanciones estipuladas en esos casos.
El artículo 4 del anexo V del Convenio establece como falta leve el hecho de “no notificar al Club/Sad con carácter previo, la razón de la ausencia al trabajo, a no ser que se pruebe la imposibilidad de haberlo hecho –y sin perjuicio de su ulterior justificación, conforme a cada caso corresponda–”.
En tanto que “la primera y segunda falta de asistencia al trabajo, sin causa justificada, no tratándose de un partido”, ya implica una falta grave. En caso de sostenerse las ausencias de Messi en las prácticas del Barcelona, la situación escalaría a una falta muy grave.
El documento establece sanciones que implican la “suspensión de empleo y sueldo de once a treinta días” y la imposición de multas de hasta el 25% del salario percibido para las faltas graves. En el caso del argentino, que percibe un monto mayor a 100 mil euros mensuales, la quita puede ir desde el 3.33 hasta el 10% del excedente sobre esa cifra. En ese caso, incluso, el Barcelona tiene la potestad de aplicar un castigo aún mayor: el despido del jugador. Sin embargo, sería ilógico que el club eche mano a una alternativa que va precisamente en contra de su interés por retenerlo o, al menos, sacar una buena suma de dinero por su ficha.
Desde el club no descartan que Messi envíe un nuevo burofax en las próximas horas para justificar así su accionar, atenerse al reglamento y evitar las posibles consecuencias. La entidad que preside Josep María Bartomeu se muestra inflexible y sostiene su posición de no negociar una posible venta del futbolista a otro equipo y de exigirle al rosarino que cumpla su contrato vigente o que se siente a negociar una extensión del mismo. Así el panorama, las posturas parecen estar cada vez más alejadas.